"Vergüenza es una palabra muy gruesa"
"Volveremos y la ganaremos". Las desiertas gradas de Riazor trataban de insuflar ánimos a los suyos, antes del partido de la despedida europea, con una pancarta de mensaje optimista impreso sobre un contradictorio fondo negro. El luto se impuso finalmente a los intentos de mantener viva la ilusión, pero los incondicionales que acudieron al estadio tampoco desmayaron. En medio de la sonrojante goleada, la parroquia juvenil despidió a los suyos con cánticos de amor eterno, un gesto que emocionó a los protagonistas y contribuyó a la serenidad con que comparecieron tras el partido. "!Ha sido la leche!", exclamó el entrenador Javier Irureta. "La gente ha acabado el partido cantando. Este es el mejor público del mundo".
¿Qué le comentó Irureta a los jugadores tras el tristísimo espectáculo?. "!No les he dicho ni palabra! ¡No he querido ni hablar!", respondió. Prefirió esperar al entrenamiento de hoy. Irureta admitió que estaba viviendo "una de las noches más tristes" de su carrera, pero, a le pregunta de si consideraba el resultado vergonzoso, replicó: "Vergüenza es una palabra demasiado gruesa. Yo diría, simplemente, que el Mónaco se nos ha cruzado. Y que en esta Liga de Campeones parece que nos ha mirado un tuerto".
También evitó Irureta cualquier reproche: "El equipo ha trabajado y ha puesto corazón. Pero cada vez que nos enfrentamos al Mónaco, siempre le concedemos un contragolpe y nos marcan un gol. Tuvimos una oportunidad justo antes de que ellos se adelantasen. A continuación cometimos dos errores infantiles y el equipo se desmoronó". En la segunda parte, cuando la tunda del Mónaco era ya inapelable, el Depor sólo vivió para buscar un gol que al menos le evitase ingresar en la historia como el primer equipo que acaba una liguilla sin marcar un sólo tanto. "Me duele mucho más no haber marcado que el 0-5", confesaría Luque. Si a los seis partidos de esta liguilla se suman los dos de la semifinal contra el Oporto, la campaña anterior, el Depor ha acumulado ocho duelos consecutivos en Europa con el marcador a cero. Doce horas jugando al fútbol y sin batir ni una vez la meta contraria. "Todo esto es como el reflejo exagerado de nuestra campaña", dijo Pablo Amo.
Entre los que más se afanaron por transmitir tranquilidad se distinguió el presidente, Augusto César Lendoiro. ""Esta goleada no se puede tomar como el síntoma del Deportivo actual. Lo mejor es que ya no jugaremos más con el Mónaco por esta temporada".
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