_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | Liga de Campeones: concluye la primera fase
Crónica
Texto informativo con interpretación

A Rijkaard se le va la mano

El Barça, con un equipo lleno de canteranos, pierde ante el Shakhtar y ofrece una pobre impresión

Ramon Besa

Desbravado desde la alineación y destemplado en la cancha, el Barça emborronó en el último ejercicio un trimestre espléndido en el mejor de los torneos. Al martirio azulgrana contribuyó decisivamente Rijkaard, al que le dio un ataque de entrenador, un intervencionismo sorprendente y desmesurado, al punto que condenó a su equipo a un escarnio. Rijkaard cometió un infanticidio para suerte del Shakhtar, que se regaló el mejor triunfo al producirse la carambola deseada: se clasificó tercero de grupo y obtuvo el pase para jugar la UEFA en detrimento del Celtic, que no pasó del empató ante el Milan y debió maldecir a los azulgrana.

Poco partidario de las rotaciones, Rijkaard se cansó de poner la misma alineación sin reparar en su trascendencia ni atender a la fatiga de su plantilla, tan zurrada como menguada por las lesiones. Llegado a la estación término de la fase inicial de la Champions, el entrenador entró a saco en el vestuario y cambió a más de medio equipo, como si afrontara un partido de fogueo. Por supuesto, no jugaban Ronaldinho, Deco ni Eto'o, sino ocho canteranos, entre ellos el debutante Javito, y sólo cinco titulares saltaron a la cancha. Muy poco equipo para un tipo de encuentro en el que los grandes clubes acostumbran a mostrar la profundidad de sus plantillas. El partido retrató cruelmente las limitaciones azulgrana. Rijkaard no procuró disimularlas, sino que las acentuó.

SHAKHTAR DONETSK 2 - BARCELONA 0

Shakhtar Donetsk: Lastuvka; Stoican (Chygrynsky, m. 90), Barcauan, Hübschman, Srna (Lalatovic, m. 83); Duljaj, Lewandowski, Matuzalem; Vukic; Aghahowa y Brandão (Vorobyey, m. 46).

Barcelona: Valdés; Belletti (Márquez, m. 46), Puyol (Oleguer, m. 46), Fernando Navarro, Sylvinho; Verdú, Xavi, Van Bronckhorst; Javito (Rodri, m. 46), Messi e Iniesta.

Goles: 1-0. M. 14. Matuzalem lanza, desde la banda izquierda, un pase largo hacia Aghahowa, quien gana la espalda a Navarro y Sylvinho y bate a Víctor Valdés.

2-0. M. 21. Brandão centra desde la derecha, Lewandowski empalma y Aghahowa remacha.

Árbitro: Claus Bo Larsen, danés. Amonestó a Matuzalem y Duljaj.

Unos 25.000 espectadores en el Olímpico.

Más información
Banquillo de lujo y lesión de Belletti

Apareció en Donetsk un Barça desplumado, liviano, muy frágil, expuesto a la pegada del Shakhtar, que se puso las botas en cada desmarque que tiró Aghahowa. El equipo de Lucescu cerró la contienda a los veinte minutos con dos goles del nigeriano que no fueron cuatro por casualidad. El equipo ucranio enfrentó al azulgrana sin reparar en la alineación de Rijkaard, como si se midiera a los titulares barcelonistas, siempre organizado y bien tapado. Anuló la línea de presión del Barça con un fútbol directo y se cebó en la dificultad de Fernando Navarro para tirar el fuera de juego. Replegado, aguardaba a robar la pelota para lanzar a Aghahowa, cuya velocidad desfondó a la zaga catalana.

Al Shakhtar le bastaban dos toques para enfocar a Valdés. Matuzalem y Brandao habilitaron al punta nigeriano en los dos goles locales. No perdonó el equipo de Lucescu las concesiones azulgrana. Brincaban y peloteaban los niños del Barça sin poder entrar en campo contrario. Físicamente blandos y futbolísticamente tiernos, no había manera de que rompieran porque jamás cambiaban de marcha. Tocaban y tocaban para no llegar a ninguna parte. Aunque tenían el balón, las ocasiones sólo se contaban en el bando local.

El resultado invitaba a tomar medidas en el descanso. A Rijkaard, sin embargo, le dio por continuar jugando con la pizarra y, tras dar entrada a Oleguer y Rodri por Puyol y Javito, puso a Belletti y Gio como extremos mientras Messi ejercía de ariete. De alguna manera, el Barça paró la sangría defensiva, entre otras cosas porque el Shakhtar no sólo se fue desfondando sino que se había ido del partido a la que cantó los dos goles. Ofensivamente, en cambio, el Barça no espabiló sino que se enredó en su fútbol pastelero, aún cuando Iniesta falló un penalti cometido sobre Xavi en el último momento. Solo el error azulgrana en la pena máxima y la lesión de Belletti, tirado de mala manera por Matuzalem, alteró la somnolencia en la que cayó la contienda, para desdicha de la hinchada ucrania, que se quedó sin ver a Ronaldinho, un turista ilustre en una ciudad en la que hay poco que ver.

El partido quedó condenado desde el inicio por decisión de Rijkaard y el final sólo resultó un alivio ante el frío que embargaba la grada. Una cosa es retocar un equipo para que sus jugadores descansen y otra muy distinta cambiarlo de pies a cabeza en vigilias de un sorteo que dará mucho que hablar en el Barcelona por haber tirado el último partido. No es lo mismo jugar que competir.

Messi, rodeado de tres rivales, no consigue hacerse con el balón.
Messi, rodeado de tres rivales, no consigue hacerse con el balón.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_