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Bob Dylan reconoce haber perdido la magia literaria de sus mejores canciones

El cantante, de 63 años, explica en la televisión que nunca quiso ser un profeta generacional

Candidato varias veces al Premio Nobel de Literatura por las letras de sus más de 500 canciones, el cantautor estadounidense Bob Dylan (Duluth, Minnesotta, 1941), aseguró el domingo, en su primera entrevista en televisión en 20 años y que fue emitida por la cadena CBS, haber perdido "la magia" que le permitió escribir temas como The times they are a-changing o Blowin' in the wind, que se convirtieron en auténticos himnos generacionales en un país, Estados Unidos, cuyas bases morales se tambalearon durante la década de los años sesenta.

"No sé cómo llegué a escribir ciertas canciones. Creo que mis primeras letras nacieron de una forma casi mágica", dijo, citando, entre otros, el clásico de 1964 It's all right ma. "Ya no sería capaz de hacer algo así. Ciertas cosas no se pueden hacer eternamente", aseguró un músico cuyo tema Like a rolling stone fue declarado recientemente la mejor canción del siglo XX por la revista The Rolling Stone.

A pesar de afirmar que "el único juez válido es Dios o tú mismo, por eso la prensa es irrelevante", Dylan, de 63 años, se sometió a las exigencias de los negocios y rompió su silencio mediático en la estadounidense CBS, la cadena asociada a la editorial Simon & Schuster, en la que acaba de publicar Crónicas. Volumen uno, la primera entrega de sus memorias.

En un tono bastante críptico y con gran cantidad de respuestas monosilábicas, Dylan trató de borrar la imagen de sí mismo como profeta, un apelativo con el que solía ser denominado cuando con apenas 25 años se convirtió en un icono político y cultural, al que se identificó también como la voz de una generación.

Un trato con el destino

"Nunca quise ser un salvador o un profeta. A lo mejor quise ser Elvis. Puedo verme fácilmente convirtiéndome en él, pero ¿profeta? No". Dylan aseguró que durante años se sintió como un impostor. "Era como ser parte de un relato de Edgar Allan Poe. Tú no eres la persona que todo el mundo piensa que eres, aunque te llamen de esa manera constantemente. Nadie tenía la imagen de mí de un cantautor o de un músico. Creo que se me identificaba en cierto modo con una amenaza para la sociedad", aseguró Dylan, quien también negó que sus letras "hablaran" en nombre de alguien. "Lo mío eran canciones, no sermones. Si las examinas no creo que vayas a encontrar nada en ellas que diga que yo era el portavoz de alguien o algo".

Dylan, que tras huir de la fama y escribir duras letras sobre sí mismo volvió a la carretera a finales de los noventa y llegó a ganar tres grammies en 1998 por su disco Time out of mind, declaró haber sentido desde muy joven que el destino le convertiría en una leyenda de la música. "El destino me miraba directamente a mí, no a otro", ha escrito en su autobiografía.

Esa palabra fue recurrente durante su entrevista del domingo. "El destino es la imagen que tienes sobre ti mismo que tú sabes que va a hacerse realidad. Hay que mantenerlo en secreto porque es un sentimiento frágil, y si lo haces público, alguien puede matarlo", explicó un autor que también responsabiliza al destino de seguir aún hoy haciendo música y ofreciendo conciertos.

"Hice un trato con el destino hace mucho tiempo. Y estoy manteniéndolo para llegar a donde estoy hoy", dijo en tono misterioso. Y... ¿con quién firmó Dylan ese pacto? "Con el comandante en jefe. El de este mundo y el del que no podemos ver".

Bob Dylan.
Bob Dylan.ASSOCIATED PRESS
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