El valenciano o la ley de la gravedad
Como se sabe, el portavoz del Consell, Esteban González Pons, mostró el otro día su más abierto rechazo a que la Acadèmia Valenciana de la Llengua se pronuncie sobre la denominación de la lengua. Se trata de un asunto de la mayor gravedad: bajo el argumento de que la liza no es filológica sino política advirtió que "hacer prevalecer la ciencia sobre la democracia es un camino muy peligroso". Pons se pronunció en estos términos cuando los periodistas le interrogaban sobre la escisión en el seno de la AVL. ¿Algo que objetar? Bien, si aceptamos el peso de ese argumento, si aceptamos la gravedad de esa ley, entonces deberíamos apostillar lo que sostuvo Jaume Perich en un viejo chiste que cito de memoria: "Si la Ley de la Gravedad se hubiese tenido que aprobar en el Parlamento, entonces hoy día deberíamos caminar metro y medio por encima del suelo". Algo de eso hay, en efecto: algunos políticos desnortados ya levitan.
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