Álvarez abre un nuevo ciclo en el PA al salir elegido secretario general por sólo 19 votos
La nueva ejecutiva es por primera vez paritaria y de carácter municipalista
La tensión se mantuvo hasta el último minuto. Julián Álvarez salió elegido ayer secretario general del Partido Andalucista (PA) por una diferencia de tan sólo 19 votos sobre la lista oficial de Antonio Ortega (277 frente a 258 y 20 blancos). El 13º congreso ha dado un vuelco a la familia andalucista, ya que, a excepción de Álvarez, ninguno de los 20 miembros de la ejecutiva había estado antes en la dirección. El primer reflejo se verá en el Parlamento: el nuevo líder no es diputado y, al igual que pasa en el PP e IU, el referente del partido estará fuera de la Cámara. Ortega, además, ha puesto su acta encima de la mesa.
Se sabía que podía ocurrir cualquier cosa. Aunque Antonio Ortega ha sido secretario general durante ocho años y estaba apuntalado por la ejecutiva, la lista de Álvarez, ex alcalde Écija, también se apoyaba en parte del aparato: el consejo andalucista, máximo órgano entre congresos. Al final el empate técnico sostenido en las dos primeras jornadas del cónclave se deshizo por los críticos, y con un ajustado margen de únicamente 19 votos, un 49,9% frente al 46,48% de Ortega, y el 3,6% de blancos.
Los dos sectores que no se habían decantado por ninguna de las opciones y que sumaban unos 40 votos -la tercera vía del ex eurodiputado Carlos Bautista y la Juventudes Andalucistas-, no actuaron como bloques compactos y cada delegado se dejó llevar por sus preferencias. Ortega y Álvarez, de todas formas, apuraron hasta el límite horario la eventualidad de un acuerdo que fue imposible, sobre todo, con Juventudes, que se dividió prácticamente en dos partes.
Con la renovación de la dirección, el PA ha cerrado un ciclo, que en el tiempo ha coincidido con la colaboración de los socialistas en la Junta, ya que el congreso se ha producido unos meses después de que la mayoría absoluta del PSOE en el Parlamento pusiera fin a un pacto de gobierno que se ha prolongado ocho años. Antonio Ortega -consejero durante este periodo en dos carteras distintas (Relaciones Institucionales y Turismo y Deporte)- se lleva tras de sí esta etapa, cuyo reflejo en las urnas ha estado lejos de ser brillante, aunque tampoco han supuesto una catástrofe: los mismos cinco diputados en las últimas elecciones que en las anteriores.
La ejecutiva es completamente nueva. Salvó Julián Álvarez, que fue dos años secretario de Organización hace una década, el resto jamás ha estado en la dirección. Por primera vez, además, el PA -el único partido del arco parlamentario que no ha sentado en sus escaños a una mujer en los 23 años de autonomía- compone un órgano rector de manera paritaria. En cuanto a su procedencia territorial, Julián Álvarez ha intentado que sea también plural, con miembros de todas las provincias y un marcado carácter municipalista. Como vicesecretarios, el nuevo líder lleva a la portavoz del Ayuntamiento de Baza (Granada), Antonia Agudo, que se encarga de Relaciones con la Sociedad; y al alcalde de Utrera (Sevilla), Francisco Jiménez, responsable de Relaciones Institucionales. Isabel Donado, que fue la portavoz del germen de la corriente de Andalucismo XXI, estará al frente de la secretaría de Comunicación.
Paradójicamente, gracias a la candidatura de Antonio Ortega, el equipo de Álvarez tiene manos libres para hacer lo que quiera en el partido. Por unos escasos seis votos, el congreso aprobó el sábado el modelo de estatutos del ya ex secretario general, que otorga a la reducida ejecutiva (ha pasado de 42 miembros a 20) el máximo poder, sin otro contrapeso que un casi figurativo comité nacional (45 componentes), que sustituye al consejo andalucista de gobierno, órgano que tenía 100 integrantes. Desde ahora la ejecutiva nombra a los candidatos provinciales y locales, a los portavoces municipales, y ratifica o rechaza los acuerdos de las asambleas locales y comités provinciales. Decide los pactos municipales y puede, incluso, suspender provisionalmente de militancia a quienes no respeten sus indicaciones sin abrir siquiera expediente.
La única pincelada de participación de los nuevos estatutos es la elección del candidato a la Junta por sufragio universal, norma asumida como enmienda de Juventudes Andalucistas. Julián Álvarez aseguró que va interpretar los estatutos "que me han impuesto" de manera flexible y procurará ampliar la voz de la militancia. Pese a que sectores de Andalucismo XXI quieren cambiar los estatutos para abrirlos a la organización, como han defendido, otros apuestan por su reforma con reglamentos.
De la bronca al abrazo
Los andalucistas se esforzaron por cerrar el congreso con una imagen de fraternidad. En los debates de cierre de las candidaturas, Antonio Ortega y Julián Álvarez prescindieron de la aspereza a veces caricaturesca que ha marcado la asamblea y resaltaron la ideología que les une, la importancia del proyecto. El secretario general saliente quizás lo hizo a modo de resarcimiento, después del tremendismo con el que tiñó su informe de gestión, con metáforas sobre bombas, carnicerías y decapitaciones. Álvarez consumió sus primeros diez minutos en pedir disculpas reiteradas en nombre de Andalucismo XXI por las incorrecciones o palabras altisonantes de cualquiera de sus miembros.
Al conocerse el resultado brilló la deportividad. Entre los saltos, vítores y lágrimas de los vencedores, Álvarez y Ortega se abrieron paso en la multitud y se abrazaron. Casi todo el equipo derrotado aguantó el tirón con entereza y aplaudió las palabras de saludo del secretario general: "Hemos discutido tantas cosas, ha sido un congreso tan ajustado, que no lo ha ganado Julián Álvarez ni Andalucismo XXI, sino que ha ganado el PA".
