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OFENSIVA TERRORISTA DE ETA

Las bombas de Madrid estaban fabricadas con nitrato amónico

El explosivo utilizado por ETA en las bombas colocadas en cinco gasolineras de los alrededores de Madrid el pasado viernes era nitrato amónico, según informó el Ministerio del Interior tras los análisis realizados por los expertos en desactivación de explosivos de la policía.

Cada una de las cinco bombas estaba formada por entre 50 y 200 gramos de explosivo. Los artefactos tenían un sistema de activación mediante temporizadores eléctricos alimentados por pilas de tres y nueve voltios. Este sistema permite a los terroristas programar la explosión con varias horas de antelación, de forma que se encuentren lejos del lugar del atentado cuando éste se produce.

Los cinco artefactos explosivos fueron colocados en las estaciones de servicio situadas en la Nacional 5, al lado de la subestación eléctrica de la Casa de Campo, en un caseta; en la M-607, zona de Colmenar Viejo, enterrado bajo un árbol; en la A-3, en el Campus de Vallecas, en unos matorrales; en la A-6, junto al hipódromo, en un seto; y en la A- 42, junto al tanatorio, en un contenedor.

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El Ministerio del Interior ha señalado que las sustancias explosivas utilizadas el viernes son similares a las que componían los artefactos que ETA empleó en la campaña de atentados del pasado verano en Cantabria, Asturias y Galicia.

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La propia organización terrorista, en su último boletín interno del mes de noviembre, aportó datos de las características técnicas de esas bombas utilizadas durante el pasado verano, explicando la cantidad de explosivo utilizado en cada artefacto, la forma en que fue colocado y hasta el tipo de temporizador.

Los artefactos de Cantabria y Asturias, según ETA, eran idénticos y llevaban un rótulo referido a la miembro de ETA Oihane Errazkin Galdós, que se suicidó en una cárcel francesa el 8 de julio. La descripción que hace la banda terrorista de cada uno de ellos es la siguiente: "Tipo de explosivo: un tuper de plástico, 300 gramos de amonal, dos detonadores y activado con un UT (temporizador anual)". El tipo de temporizador colocado en estos artefactos permite programar la explosión hasta con un año de antelación.

Las bombas colocadas en las localidades gallegas de Baiona, Sanxenxo, La Coruña y Santiago eran exactamente iguales a las de Cantabria y Asturias (incluido el envase y el rótulo), con la salvedad del temporizador que, según indicaba ETA, era modelo TC, que permite programar la explosión con un máximo de 24 horas de antelación.

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