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La Generalitat quiere acelerar la construcción del Archivo Histórico Provincial de Barcelona

Parte de los fondos que albergará se guardan ahora en el Archivo de la Corona de Aragón

José Ángel Montañés

Barcelona es de las pocas provincias que aún no cuenta con un Archivo Histórico Provincial. La Generalitat considera que es una necesidad urgente y pretende acelerar su construcción. A mediados de diciembre, técnicos del Ministerio de Cultura visitarán Barcelona para conocer los solares municipales que podrían albergar este edificio de nueva planta que tiene que unificar los numerosos fondos que actualmente están dispersos entre el Archivo de la Corona de Aragón, cuyo patronato aún tiene que constituirse, y el gran depósito de fondos situado en Cervera (Segarra).

"La ubicación del futuro archivo no será gratuita, se construirá en unos terrenos en el interior de la ciudad para posibilitar una utilización óptima", declaró ayer Ramon Alberch, subdirector de Archivos de la Generalitat de Cataluña, que no ha concretado la ubicación exacta de los mismos a la espera de que los conozcan los responsables ministeriales. Ayer, en el Ayuntamiento de Barcelona desconocían estas negociaciones que, en todo caso, consideraron muy incipientes.

Alberch dijo que "ya se ha elaborado el estudio de los fondos que tendría que recoger el Archivo Histórico Provincial". En la actualidad, señala, ocuparían 47 kilómetros de estanterías -que crecerán hasta los 61 kilómetros en el año 2010, por el constante aporte de fondos-, entre ellos los 8.000 metros de documentos depositados en el Archivo de la Corona de Aragón (ACA) más el fondo de reserva que está depositado en Cervera. La creación de este archivo, sin embargo, depende de que antes se solucione el conflicto del Archivo de la Corona de Aragón, cuyo patronato aún no se ha constituido ya que hasta ahora no ha habido acuerdo sobre la titularidad de su contenido. En la Generalitat se defiende, añadió Alberch, que "el ACA tiene que ser un archivo cerrado que custodie solamente los fondos medievales y modernos, el 30% del total, que procedan de la Administración real. Los fondos que no tengan este origen deben ser transferidos a la Generalitat de Cataluña". Es decir, parte de los fondos que ahora alberga el ACA son documentos actuales que afectan sólo a Cataluña o a Barcelona por lo que no tiene sentido, a juicio de Alberch, que estén gestionados por un patronato en el que hay miembros de otras comunidades. La solución pasaría por transferir estos documentos tanto al futuro Archivo Provincial Histórico de Barcelona como al Archivo Nacional de Cataluña.

El Gobierno ha informado en varias ocasiones sobre el estado de las negociaciones a instancias de preguntas de los diputados en el Congreso. En junio de este año, por ejemplo, declaró que la voluntad es que haya el mayor consenso posible y señaló que el borrador sobre el que se trabaja prevé que el patronato esté presidido por el ministerio y que cada comunidad autónoma implicada (balear, valenciana, aragonesa y catalana) cuente con una vicepresidencia.

De momento, el Ministerio de Cultura está trabajando en el proyecto del anterior Gobierno, que preveía trasladar parte de los fondos antiguos del ACA de nuevo al Palau del Lloctinent, que fue su histórica sede hasta 1993. Este edificio, en obras de reforma, acogerá una sala de exposiciones y un auditorio, y también se prevé situar un amplio conjunto de documentos históricos, confirmó ayer Roser Amadó, uno de los arquitectos encargados del proyecto junto a Lluís Domènech. Lo que aún se desconoce es qué pasará con la actual sede del ACA, en la calle de Almogàvers, ya que puede perder parte de su función actual. En cualquier caso, los técnicos descartan que el edificio pueda reutilizarse como sede del Archivo Provincial ya que no tiene capacidad suficiente para ello.

Respecto al ACA, Ramon Alberch indicó que el único compromiso que existe con el ministerio es que se "solucionará tras la decisión de los papeles de Salamanca", otro asunto polémico sobre el que el responsable de los archivos de la Generalitat se muestra optimista. "Siempre se ha defendido la idea de que el asunto se ha de resolver por vía de la negociación y del diálogo, y no del enfrentamiento", afirmó Alberch, que cree en la labor pedagógica llevada a cabo por la Generalitat y confía "en que el dictamen que la comisión tiene que dar antes de fin de año tendrá un alto nivel de solidez por el gran número de expertos en archivos que la forman".

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Plan de actuación

"En Cataluña no ha habido una política archivística, se ha actuado sin una planificación previa de las actividades y con una visión historicista de los archivos. Hay que reformular el modelo totalmente". Así de contundente se expresó Ramon Alberch, responsable del Plan de Actuación 2004-2007 para revisar todo el sistema archivístico catalán. Alberch, que ha dirigido la renovación de los archivos de Girona y Barcelona, reconoció que la labor realizada hasta ahora ha sido la de "poner orden en la herencia de abandono absoluto en el que se encontraban los archivos durante 500 años". Esta herencia es la que ha marcado, agregó Alberch, la política historicista con respeto a los archivos. "Ahora, es el momento de superar esta visión de los archivos como simples receptores de documentos, y potenciarlos como centros de gestión de la información y como instrumentos aliados de la sociedad", aclaró Alberch.

Desarrollar la Ley de Archivos y Documentos aprobada en 2001; elaborar un mapa y un registro de archivos catalán; potenciar el papel de los archivos comarcales y crear los 10 que aún faltan, y clarificar la política de transferencia, recogida y adquisición de fondos entre los distintos niveles de archivos de la Administración de la Generalitat son algunos de los principales objetivos de este plan, que puede ser consultado en la página web http://cultura.gencat.net/arxius/.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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