"No se pueden decidir cosas contradictorias según quien gobierne"

El presidente del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, era un hombre feliz que celebraba que "se haya impuesto el sentido común y la cordura". Se refería al anuncio de que el AVE cruzará Barcelona a través de un túnel construido bajo la calle de Provença, la propuesta que CiU defendió siempre desde el Gobierno catalán y que hasta ayer topó con el rechazo frontal y encarnizado del alcalde Joan Clos y su equipo. Trias entiende que debe dar la bienvenida a la rectificación municipal, pero añade que debería servir de ejemplo para el futuro: "No se pueden decidir cosas contradictorias según quien gobierne", dice, ante la evidencia de que el Gobierno de Barcelona acepta ahora lo que ha estado repudiando seis años.

"Es evidente que lo que ha hecho el gobierno municipal ha sido una labor de obstrucción a todas las ideas que pudiera tener el Gobierno de CiU", explica Xavier Trias. "Nosotros no proponíamos que el túnel se hiciera bajo la calle de Provença para molestar, sino porque habíamos efectuado estudios que aconsejaban que se hiciera así", afirma Trias, refiriéndose a los proyectos defendidos desde Política Territorial durante los mandatos de Pere Macias y Xavier Puig.

"La solución que finalmente se ha adoptado y que rechazaba tajantemente el Ayuntamiento de Barcelona es mucho menos agresiva para el tránsito y molesta menos también a los vecinos que levantar y poner patas arriba la avenida de Roma".

Xavier Trias mezcla la satisfacción con la indignación: "Ya era hora de que se impusiera la cordura. Y no sólo en el AVE, Joan Clos y Xavier Casas [primer teniente de alcalde] han acabado también aceptando esta semana que la línea de Ferrocarrils de la Generalitat llegue a Glòries por Gràcia en vez de hacerlo a través de la Diagonal. Otra rectificación que se produce cuando lo propone un gobierno del mismo color".

Trias recuerda que el entonces presidente del Gobierno catalán, Jordi Pujol, escribió una carta a Francisco Álvarez-Cascos, que era el ministro de Fomento, para explicarle las ventajas de la solución aceptada finalmente. "Lo que nunca entendimos es el boicoteo sistemático del Ayuntamiento de Barcelona a una decisión que, al final, ha resultado ser la mejor según reconocen ellos mismos".

"Bienvenido sea el final", apostilla Trias, "pero la verdad es que siempre me ha parecido fuera de lugar tener que levantar media Barcelona por no se sabe bien qué motivos. Que la solución de la calle de Provença es la buena parece ya fuera de dudas".

Se trata de una solución, apunta, que tiene, "para empezar, un menor coste económico; para continuar, es mucho menos molesta para los vecinos".

Algunos dirigentes municipales sugirieron entonces que la defensa de la solución de Provença por el Gobierno catalán en la época de CiU se debía a que Ferrocarrils de la Generalitat tiene allí la parada y era una empresa del Gobierno catalán. "Creo que se trata de un argumento impresentable", comenta Trias. "Es como decir que ahora todo es de los mismos. Las empresas públicas no son de quienes las administran. Decir que esto es mío o es tuyo es una tontería".

En opinión del líder de la oposición de CiU en el municipio, Joan Clos está "obsesionado" con la estación de Sagrera y con el intercambiador de Glòries, donde deberían confluir el metro, los trenes de cercanías y el tranvía del Besòs. "Es evidente que la solución dada a la plaza de las Glòries es un desastre. Allí se ha construido un edificio espléndido, pero la plaza es una chapuza. Está bien que se reforme, pero tampoco es necesario pensar en un intercambiador gigantesco, sobre todo porque la ciudad ya tendrá un excelente punto de intercambio en Sagrera".

El futuro, sostiene Trias, debería evitar a los ciudadanos espectáculos como éste con decisiones contradictorias.