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Detenido un hombre por el asesinato de la joven universitaria de Lleida

Las huellas dactilares en el coche de la víctima, principal indicio

Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer por la tarde en Lleida a un hombre de 43 años de nacionalidad ecuatoriana como presunto autor de la muerte de María Isabel Bacuñana Royo, la joven de 21 años cuyo cadáver apareció en la noche del pasado día 24 en el maletero de su coche en el barrio de la Bordeta de Lleida. La víctima, estudiante de Derecho en la Universidad de Lleida, fue estrangulada con un pañuelo.

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La policía autonómica ha tardado justo una semana en resolver un caso de asesinato que provocó una gran conmoción en la ciudad, sobre todo en la comunidad universitaria. Las investigaciones se centraron desde un primer momento en el círculo más próximo de María Isabel, por lo que durante los últimos días han sido interrogadas en las dependencias policiales decenas de personas entre familiares, amigos y compañeros de clase.

Sin embargo, el detenido, un vecino de Lleida cuya identidad no ha sido facilitada por los Mossos, es una persona ajena a los ámbitos explorados. Ayer por la tarde el detenido todavía no se había confesado autor de la muerte de María Isabel. No obstante, los investigadores creen tener suficientes indicios para acusarle del asesinato de la joven universitaria. Una de las pruebas incriminatorias serían las huellas dactilares encontradas por la policía científica en el coche de la víctima. El caso continúa bajo secreto de sumario por decisión del juez, y por ese motivo sólo ha trascendido la detención de un hombre originario de Ecuador que, al parecer, no tenía ninguna relación con el entorno de la víctima y posiblemente tampoco era conocido de ésta, por lo que no se descarta que su elección fuera un hecho casual.

Aunque la policía no descartó ninguna hipótesis sobre el móvil del crimen, una de las líneas de investigación apuntaba hacia un crimen de carácter sexista cometido sin premeditación por alguien conocido de María Isabel. El rastro de la joven se perdió sobre las diez de la noche del pasado martes a la salida de clase. A esa hora fue vista por algunos compañeros en el aparcamiento de la facultad cuando presumiblemente se dirigía a coger el coche, pero ya no fue a dormir a su casa, en la urbanización de La Cerdera. Su ausencia alarmó a sus padres, que al día siguiente denunciaron su desaparición.

Los agentes encargados de investigar el crimen reunieron versiones dispares sobre los últimos movimientos de la joven. Alguien dijo que fue a un cajero a buscar dinero. Otros explicaron que la vieron cuando iba a comprar un bocadillo al bar. El día del funeral corrió la versión de que María Isabel sufría desde hacía varios días un acoso telefónico por parte de un desconocido que le enviaba mensajes y llamadas escondiendo su número de móvil. No se sabe si la persona que realizaba dichas llamadas era el ahora detenido. La autopsia confirmó que la joven fue estrangulada con un pañuelo a las pocas horas de ser atacada.

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