El plan de la Costa del Sol plantea que el suelo programado ya es suficiente para el doble de población
El plan subrregional de ordenación territorial de la Costa del Sol considera que los suelos ya programados, pero que aún no se han desarrollado, tienen capacidad para satisfacer la demanda de viviendas de la próxima década, cuando la población de la zona podría alcanzar 1,7 millones de habitantes, el doble de la población real que se calcula reside durante tres meses continuados en la zona.
El redactor del plan, el arquitecto José Seguí, resaltó que la Costa del Sol tiene capacidad suficiente dentro de su actual huella para atender esta previsión de crecimiento, por lo que, entre otras cuestiones, el plan limita la frontera del crecimiento urbanístico a la traza de la autopista A-7, por encima de la cual sólo permitirá construcciones de baja densidad (0,1 metros de techo por metro cuadrado) que apenas representaría entre el 7% y el 8% de la población total. "El plan impide un segundo cinturón residencial en torno a la costa", admitió Seguí.
Además, el plan proyecta aumentar al doble el espacio protegido en la zona. Los espacios naturales de alto valor ambiental y paisajístico quedan reservados para el uso público, y, en todo caso, sólo se permitirían en ellos un 10% de construcción para uso hotelero y equipamiento, pero nunca el uso residencial.
Esta medida afectará a todos los suelos que hasta ahora estaban catalogados como complejo serrano o a aquellos que estén en un perímetro de 150 metros de la línea de protección marítimo terrestre, caso, entre otros ejemplos de las dunas de Artola, en Marbella.
Seguí entregó ayer el borrador del plan a la consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, y a los alcaldes de la zona. La Junta sacará ahora el documento a información pública y abrirá un periodo de alegaciones, y prevé tenerlo aprobado en el primer cuatrimestre del año 2005.
El plan parte de la idea de que la Costa del Sol ha tenido un crecimiento urbanístico discontinuo y disperso y que de forma espontánea ha acabado configurando una trama de gran ciudad. Además, la estacionalidad residencial en la zona es cada vez menor, y, según el estudio, en su mayor punta anual apenas es de 120.000 residentes más.
Seguí plantea que el reto ahora es diseñar un tejido necesario para que la zona sea en realidad una ciudad de escala territorial. Por ello incide especialmente en las infraestructuras y los equipamientos, y plantea nuevos núcleos de centralidad en el entorno de las estaciones del futuro corredor ferroviario. En estos espacios se reservará el suelo para uso público y para la construcción de viviendas de promoción pública.
El plan plantea además la construcción de dos nuevos ejes viarios transversales que descongestionen la autopista A-7 y de una trama de vías transversales que faciliten la movilidad.
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