Maltrato
"Malo, malo, malo eres, no se pega a quien se quiere, no", canta Bebe, recién galardonada con el Ondas a la Mejor Artista Revelación. Este conocido estribillo me rondaba la cabeza mientras escuchaba en un informativo, el Día Internacional contra la Violencia de Género, el testimonio entrecortado de una joven mujer víctima de malos tratos.
Relataba que las tortas no eran el comienzo, sino la continuación de un insoportable calvario que comenzaba con el maltrato psicológico: el día a día de un sinfín de desprecios, humillaciones y ninguneos, que como un imparable sirimiri cala en lo más profundo, minando la autoestima. Y cómo, poco a poco, la resistencia individual disminuye haciendo más intensa la dependencia emocional. A fin de cuentas, los cardenales del alma no se ven, y así es difícil buscar apoyos. Pero existen a nuestro alrededor, seguro que sí. Hay que levantarse a diario, y aunque cueste, mirarse a los ojos en un espejo y decir "porque yo lo valgo".
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