La promesa del salario mínimo resulta difícil de aplicar
La promesa electoral del partido socialista de subir el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta 600 euros al mes en esta legislatura se está topando con dificultades para hacerse realidad. El PSOE se encontró, cuando accedió al Gobierno en abril, con un SMI de 460 euros al mes y aplicó un incremento del 6,6% en julio (hasta 490 euros), que se sumó al aumento del 2% aplicado por el PP en enero de este año.
En julio, la patronal planteó a los responsables del Ministerio de Trabajo que esa promesa electoral va a suponer a los empresarios un coste adicional total del 30% en el salario mínimo y pidió bonificaciones para compensar esa subida. Una petición que Trabajo aceptó la semana pasada bajo la fórmula de reducir las cuotas a cargo de las empresas.
Pero el propio ministerio reconoce la complejidad de bonificar sueldos y de reducir cotizaciones al salario mínimo al margen de cuál sea el tipo de contrato del afectado, cuando su filosofía es sólo subvencionar la contratación fija. En un documento de Trabajo, se plantea la hipótesis de bonificar a los 200.000 cotizantes del régimen general que pagan por la base mínima, y no al resto de personas con esos ingresos de otros regímenes (agrario, autónomos o empleados de hogar), que suponen un millón de personas. Para esos 200.000 trabajadores, la ayuda sería de 10 euros al mes.
Asimismo, en el documento se asegura que "los costes de gestión de la aplicación de esa bonificación serían relevantes, entre los cuales no sería menor el cálculo del denominado efecto sumidero, que animaría a reducir la cotización a la base mínima (buscando la bonificación) a quienes cotizan por bases ligeramente superiores".
Trabajo admite que una subida tan elevada del salario mínimo interprofesional puede provocar "un deslizamiento" de incrementos en los convenios colectivos. Por ello, plantea la posibilidad de reordenar las cotizaciones a la Seguridad Social, mediante su disminución para las que abonan los salarios más bajos y un "levísimo incremento" para los sueldos más altos.
Esas decisiones se deben abordar en la mesa de diálogo abierta por Trabajo la semana pasada con CEOE y los sindicatos. También han de pactar el ritmo de subida del salario mínimo hasta 600 euros, sobre el que hay discrepancias entre la patronal y las centrales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El temporal dispara hasta el 82% las reservas de agua de las cuencas internas de Cataluña
Vídeos de ajedrez | Alan Pichot se resarce con mucho arte
Trump presionará este lunes a Netanyahu en Mar-a-Lago para que el plan de paz en Gaza pase a su segunda fase
El juzgado archiva el caso contra el lotero de Lugo acusado de simular un robo de 400.000 euros
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura




























































