Las dos bazas de la nueva aventura

Lampert asegura que con la fusión se podrán resolver las vulnerabilidades que sufren las dos cadenas en su gestión. La nueva Sears juega con dos bazas en su nueva aventura empresarial. Por un lado, ofrecerá una mayor selección de productos, a bajo precio. Segundo, cuenta con una localización mejor de sus centros. A esto hay que sumarle que se tiene muy claro que los centros comerciales que no mejoren su rentabilidad, se cerrarán y se venderán. El objetivo es que las dos marcas funcionen como compañías separadas bajo el mismo paraguas corporativo.

El fondo ESL controlará entre el 30% y el 40% de la nueva cadena, según comenta el propio Lampert. Pero para que la fusión pueda completarse, hace falta el veredicto de las autoridades reguladoras, como no podía ser de otra manera. Aunque en Wall Street se asegura que no habrá una fuerte oposición a la operación porque explican que el sector comercial y de la distribución es un mercado en fase de consolidación, para poder competir con el gigante Wal-Mart.

Pero no todo son flores para Lampert. El temor que tienen algunos inversores es que la operación sea utilizada para ayudar a sus clientes del fondo y sacar beneficio de sus propiedades inmobiliarias. "No hay que olvidar que la operación está diseñada por tiburones de las finanzas", señala la firma Loeb Associates. Desde Davidowitz & Associates se asegura que este "es el principio del fin de Kmart y Sears. "Lampert empezó el proceso de liquidación de Kmart al vender sus establecimientos, cortar el suministro de productos y reducir su plantilla, sin poner ni un solo centavo y obteniendo grandes cantidades en efectivo. Y ahora va a hacer lo mismo con Sears".