Birmania libera sólo a 40 disidentes entre los 9.000 presos amnistiados
La junta militar de Myanmar (antigua Birmania) anunció ayer que liberará a otros 5.311 prisioneros, que se suman a los casi 4.000 que dijo la semana pasada que pondrá en libertad. La decisión se produce en vísperas de la cumbre de países del sureste asiático (ASEAN) que comienza el domingo en Laos, y en la que se espera que el régimen de Birmania, cuyo nombre oficial es Myanmar, sea uno de los puntos de discusión. Según los militares, que han gobernado el país desde 1962, quienes serán liberados fueron encarcelados "de forma inapropiada" por la Oficina Nacional de Inteligencia dirigida durante dos décadas por el anterior primer ministro, Khin Nyunt, purgado el mes pasado. No hay indicios de que la premio Nobel Aung San Suu Kyi vaya a ser liberada.
La oposición critica que entre las 9.248 personas que abandonarán las prisiones sólo hay alrededor de 40 disidentes políticos, lo que ha supuesto un fuerte revés para la Liga Nacional de la Democracia, que esperaba que sólo en el primer grupo hubiera unos 400.
Myanmar es objeto de sanciones por parte de los países occidentales desde hace años, debido a lo que consideran repetidas violaciones de los derechos humanos por parte de la junta y por su negativa a entregar el poder al partido de Suu Kyi, que ganó las elecciones en 1990. La carismática líder sufre detención domiciliaria, después de que fuera arrestada tras los enfrentamientos mortales que se registraron en mayo del año pasado entre sus seguidores y los del Gobierno.
Se desconoce cuántos presos han sido liberados hasta ahora, aunque según algunas fuentes han sido centenares. Entre ellos, el disidente más destacado es Min Ko Naing, de 42 años, un antiguo estudiante que dirigió un levantamiento contra los militares en 1988. No está claro, sin embargo, si Win Tin, de 74 años, uno de los más cercanos colaboradores de Suu Kyi, será puesto en libertad. Está en prisión desde hace 15 años.
Myanmar tiene más de 100.000 presos, de los cuales unos 1.400 son políticos, en más de 40 penales y 50 campos de trabajo repartidos por el país, según activistas de apoyo a los encarcelados que operan desde la vecina Tailandia. La junta nunca ha admitido que tiene presos políticos. Nyan Win, ministro de Asuntos Exteriores, calificó ayer la expulsión del ex primer ministro Khin Nyunt como "normal" y dijo que su país sigue comprometido a llevar a cabo la hoja de ruta que conduzca a la democracia. La hoja de ruta fue anunciada por Khin Nyunt pocos días después de convertirse en primer ministro en agosto del año pasado.
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