Villar gana en medio de la fractura

Ángel María Villar fue reelegido ayer presidente de la Federación Española de Fútbol para los cuatro próximos años. Ganó en las urnas, pero los comicios han dejado una cicatriz: el fútbol ha quedado dividido. El reparto de los votos se ha encargado de marcar la frontera. Villar consiguió la mayoría absoluta, 98 de los 177 sufragios emitidos en la asamblea general -César Ferrando, el entrenador del Atlético, y David Cano, jugador del Salamanca, fueron los únicos ausentes-, pero otros 78 se inclinaron por Gerardo González, ex secretario general suyo. El tercer candidato, Sebastián Losada, no recibió ninguno. Una papeleta resultó nula al figurar en ella los nombres de estos dos últimos aspirantes.

Lo cierto es que Villar va a iniciar su quinto mandato consecutivo, desde que en 1988 tuvo acceso al cargo, con el apoyo mayoritario del fútbol modesto y el de los árbitros mientras los representantes con mayor peso e influencia, los equipos y los jugadores de Primera y Segunda División, se inclinaron por González.

Estas elecciones no sólo han marcado una línea divisoria en el fútbol a escala nacional, sino que también han quebrado la unidad de la Liga Profesional. González consideró el resultado "un aviso" para Villar y añadió: "Algo tiene que cambiar en la federación".

Los clubes de Primera y Segunda División, la principal base del fútbol, adoptaron por mayoría el acuerdo vinculante de apoyar a González. Lo hicieron una semana antes de los comicios. Ayer, una hora antes de la asamblea, se volvieron a reunir en la sede de la Liga y, ante el anuncio de que más de un club iba a romper ese pacto, decidieron que su presidente, José Luis Astiazarán, el de la Real Sociedad, recogería los sobres con la papeleta de González y se los entregaría directamente a cada equipo de Primera según fuese llamado a emitir su voto. Guillermo Cabello, el presidente del Terrassa y vicepresidente de la Liga, desempeñaría idéntica función con los de Segunda. Pero Joan Laporta, el del Barcelona, ignoró el acuerdo, así como Fernando Lamikiz, el del Athletic, y los de los segundas Éibar y Tenerife, entre otros.

La actitud de Laporta no pasó inadvertida. Escuchó los reproches de varios presidentes, entre los que figuraban Florentino Pérez, el del Madrid, y, sobre todo, el del Terrassa. A su vez, Lamikiz reconoció que no había recogido el sobre: "No me ha gustado el planteamiento. No es correcto".

La ruptura del fútbol también es un hecho para Villar, que trató de atajarla desde el principio. "Vamos a trabajar todos por el fútbol español. Es un todo. No hay un fútbol de los grandes y otro de los pequeños". Ése fue su primer mensaje mientras recibía los abrazos efusivos de Joan Gaspart, ex presidente del Barcelona. A Gaspart se le considera precisamente uno de los principales artífices del triunfo de Villar. "Se merece esta victoria. Me alegro inmensamente. Tiene un camino muy grande por delante. Puede llegar a la presidencia de la UEFA", dijo el ex responsable azulgrana.

Gerardo Movilla, el presidente de los jugadores, que apoyaron la candidatura de González, también tuvo un mensaje para Villar: "El resultado está ahí. Es respetable. Las elecciones han sido muy disputadas. Gerardo [González] ha conseguido muchos votos. Villar tendrá que hacer cambios".

"Acerté", fue lo primero que dijo el tercer candidato presidencial, Losada. "Estoy satisfecho aunque no he conseguido ningún voto. Me lo imaginé desde un principio, pero quise seguir hasta el final. Lo fácil era retirarse", concluyó al tiempo que avanzaba que estudiará y valorará la posibilidad de presentarse igualmente en las próximas elecciones.