Como velas
En el Ayuntamiento están empeñados hace tiempo en que los árboles de Madrid deben llegar al cielo, no importa especie, clase, porte o rango. Se efectúan podas (si así se les puede llamar) contra natura, y así tenemos, en vez de árboles, unos fideos de madera con los brazos semicerrados haciendo alharacas al cielo.
Señor concejal, los árboles se podan cuando y, sobre todo, como su especie indica. No todo a cien, y si no, observe la consecuencia: al primer airecillo en Madrid, dos árboles cayeron aplastando sendos coches, uno vacío y otro con un pasajero, que, gracias a su buena estrella, no sufrió daños. ¿Se ha preguntado por qué se cayeron?
Que le cuenten cómo funcionan las velas en los barcos.
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