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Entrevista:JOSU JON IMAZ | Presidente del Partido Nacionalista Vasco

"Soy menos de obispos que Bono"

Pregunta. Éste era el despacho de Arzalluz. ¿Nota vibraciones? ¿Se le aparece alguna vez?

Respuesta. No hace falta que se me aparezca. Yo le consulto en ocasiones, porque en la vida es muy importante preguntar a los que tienen experiencia.

P. A los 15 años ya militaba en las juventudes del PNV. ¿Le quedaron secuelas?

R. Evidentemente. La primera de ellas es que estoy en esta mesa. Y la mayor, veintiséis años de militancia.

P. ¿La propuesta de Batasuna de pasar a vías democráticas es carne o pescado?

R. De momento es envoltorio. Lo que hay que comprobar es si el que tiene la capacidad de decisión ha metido la carne.

P. Como químico, es especialista en polímeros. ¿Eso es bueno o malo para el nacionalismo?

R. Fundamentalmente bueno, porque el polímero se asocia a entrelazar, entrecruzar, generar malla, generar red. Y eso tiene mucho que ver con una concepción moderna del mundo.

P. ¿Se sabría la fórmula del agua sin mirar los apuntes?

R. ¿Esto lleva alguna provocación detrás? Porque para conocer el H2O... que tampoco es la del agua. Es la del agua pura. Y, como decía Unamuno, el agua pura, sin contenido de sales, produce la enfermedad del cretinismo, igual, seguía él, que las ideas puras. Por eso yo soy partidario de la suficiente impureza para que sea potable.

P. ¿También en la política?

R. Igual. Se necesitan las ideas un poco impuras. En su medida, no contaminadas, ¿eh? Pero yo desconfío de la pureza.

P. Fue algo así como el astrólogo del Gobierno vasco.

R. Falsa leyenda. A mí lo que me gusta es el esoterismo, la energía, la intangibilidad del espíritu. El horóscopo no me pone.

P. Al menos podrá decirme si en Ajuria Enea rige más Venus juguetona o Júpiter tonante.

R. Necesitamos a Venus. En política, y en todos los aspectos de la vida, tenemos que decir más "te quiero". Mucho más.

P. ¿Cómo anda el Gobierno vasco de alegrías sexuales?

R. Eso es absolutamente necesario, pero en su justa medida. Cuando se convierte en objetivo en sí mismo, malo.

P. ¿Pero anda mejor o peor que el Euskadi Buru Batzar?

R. Yo creo que suficientemente equilibrados. Ésa es la clave de la bicefalia del PNV, entre institución y partido. Aunque en temas de alegrías sexuales yo me apunto a la monocefalia.

P. No tiene afición ocultista. ¿Y oculta?

R. Mi afición oculta es planchar. Me plancho siempre los pantalones los domingos por la noche viendo la CNN, practicando mi inglés. Me relaja un huevo.

P. En Donosti es vecino de Egibar, de Odón Elorza y de María San Gil. ¿Procura no bajar a la compra a la misma hora?

R. En absoluto. Me encanta juntarme con todos ellos.

P. ¿Con Otegi se iría de potes, de lizarras o de ejercicios espirituales?

R. De ejercicios espirituales. Y sólo porque me fuerza a elegir.

P. ¿Es lo que se dice un forofo del plan Ibarretxe?

R. He estado en su génesis y estoy en su apoyo y potenciación.

P. Buen estudiante, buen cristiano, buen chico, buen padre. ¿Un asquito de perfección?

R. Tengo unas bolsas de imperfecciones... Lo que pasa es que no se las voy a contar.

P. ¿Es más o menos de obispos que el ministro Bono?

R. Soy menos de obispos que Bono. Bono es muy de obispos. Y, a efectos jocosos, en el Gobierno vasco hasta mis compañeros me llamaban el cristiano de base.

P. Dicen que es un poco rompetechos.

R. Sí, en una materia: soy muy mal fisonomista. Llegué a confundir al primer ministro luxemburgués, Juncker, con un ujier del Parlamento Europeo, y le pedí que me registrara unas enmiendas. Él, que era educadísimo, me lo hizo.

P. ¿Qué tipo es como hombre?

R. Tipo Imaz.

P. ¿Y si su partido no fuera mayoritario en las próximas elecciones?

R. La ciudadanía siempre tiene razón.

P. ¿Se ve de fallera mayor en Ajuria Enea?

R. No. No entra dentro de mi proyecto vital. Tampoco entraba ser presidente del PNV.

Josu Jon Imaz es un virtuoso de la plancha, "por lo que me odian todos los maridos vascos", asegura.
Josu Jon Imaz es un virtuoso de la plancha, "por lo que me odian todos los maridos vascos", asegura.SANTOS CIRILO

PERFIL

Con 41 años y dos hijos, es un hombre conciliador, apasionado por el monte, el ajedrez y la cartografía. Confiesa como manía no llevar nunca "camisas de algodón cien por cien, porque cuesta más plancharlas". Termina todas las comidas cantando. Ante las dudas, dice, "suelo leer mucho a los clásicos de mi partido".

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