Deportivo nacional

EL PROYECTO surgió cuando Josep Rubau, un técnico español especializado en diseño de automoción, visitaba a un coleccionista en Gales (Reino Unido). Allí escuchó por enésima vez aquello de "ya no se fabrican coches como los de antes". Todo un tópico que, sin embargo, estaba a punto de perder su justificación. Y es que la frase permitió que el Tramontana, un superdeportivo que combina el poderío de los fórmula 1 y el sabor único y artesanal de clásicos como Hispano-Suiza y Bugatti, sea ya una realidad. El modelo, que toma su nombre del conocido viento de Cataluña, tiene un planteamiento muy exclusivo y está pensado para coleccionistas y amantes del automóvil. Se presentará en marzo en el Salón de Ginebra, y comenzará a fabricarse a finales de 2005 en la Costa Brava, a un ritmo de 12 unidades anuales. Y cada una llevará grabado el nombre de su propietario e incluirá un interior realizado a medida (tipo de asiento, etcétera) y revestido de materiales nobles: oro, laca, madera... Aunque "los clientes podrán personalizarlo a su gusto", según declara Rubau.

La exclusividad se acentúa con el diseño y la mecánica, porque incluye dos plazas en tándem y un motor V12 de 550 CV. Y el elitismo se refleja también en el precio: costará unos 600.000 euros.

- IMAGEN DISTINTIVA

El Tramontana recuerda a un fórmula 1 vestido con un traje de coche clásico. Y ofrece una combinación única: la deportividad de Porsche y Ferrari, y el carácter artesano y elegante de Aston Martin y Bentley. Como menciona Álvaro Gardeazábal, responsable de marketing y comunicación, "tendrá un público muy reducido, de apenas 10.000 clientes en todo el mundo".

Con una arquitectura de carrocería similar a la de los monoplazas de carreras y decorada con detalles nostálgicos, como los faros y pasos de ruedas, el Tramontana muestra una imagen única y diferente a todo lo conocido. El interior, con dos plazas en tándem y una cúpula transparente que bascula hacia delante para permitir el acceso, está inspirado en los cazas de combate y refuerza su poderío estético. Según Gardeazábal, esta disposición ofrece "un nuevo concepto de conducción".

El equipamiento será escueto, pero contará con elementos básicos, como dirección asistida y climatizador, para poder ofrecer una comodidad al volante y una vida a bordo satisfactorias.

- CHASIS DE MONOPLAZA

Bajo la carrocería, fabricada en fibra de carbono, el Tramontana esconde un chasis similar al de los fórmula 1. Así, una jaula metálica sirve de soporte para toda la mecánica (motor, cambio, suspensiones) y garantiza la protección en caso de accidente. La estructura del habitáculo es indeformable, aunque está rodeada por ocho zonas de deformación programada. Y Rubau asegura que ofrecerá "la seguridad de un modelo de competición".

El motor, que va acoplado a un cambio manual de seis velocidades y transmite la potencia a las ruedas posteriores, procede de un fabricante europeo de prestigio. Se trata de un V12 de 550 CV que, gracias a un peso total inferior a 1.000 kilos, aportará unas prestaciones de superdeportivo. Aunque el Tramontana está todavía pendiente de homologación (actualmente se realizan las pruebas en el Idiada, el centro técnico catalán), debería superar con holgura las cifras preliminares: más de 250 km/h. de velocidad máxima y menos de cinco segundos para acelerar de 0 a 100 km/h.