El familiar de seis plazas de Honda
Tan práctico como sus numerosos competidores, pero con un plus de originalidad y otro de calidad mecánica. El nuevo Honda FR-V (vehículo funcional recreativo, en inglés) es un familiar de seis plazas y personalidad acentuada que se sitúa a medio camino entre los monovolúmenes compactos de cinco asientos (Scénic, Altea, C-Max, Picasso...) y los de siete (Zafira, Touran, Grand Scénic y Corolla Verso). En la práctica aplica la misma receta del Fiat Multiplá, aunque con diferencias importantes en el diseño. La gama mecánica, con motores de gasolina y turbodiésel refinados, y el equipo de serie, con ABS, seis airbags, climatizador, radio-CD y hasta control de estabilidad ESP (salvo en el básico), son otras de sus virtudes.
El primer monovolumen compacto de Honda llegará a España a finales de este mes con unos precios a partir de 20.700 euros.
Proporciones llamativas
Un poco más bajo que la mayoría de competidores, y sobre todo con una anchura generosa (más de 1,8 metros), el nuevo FR-V muestra unas proporciones robustas y llamativas. Transmite solidez y aplomo, dos características que potencia el diseño de la carrocería: desde el frontal y la zaga hasta los retrovisores y las manillas de las puertas presentan un estilo macizo y poderoso. La contrapartida es una imagen algo pesada, especialmente por detrás.
El FR-V mantiene por dentro la peculiaridad estética, y, aparte de la distribución de los asientos, presenta un salpicadero estrecho y alargado, con todos los mandos agrupados en la zona superior.
A diferencia del Fiat Multiplá -el primer monovolumen compacto que ofreció seis plazas en dos filas-, el Honda es más largo (4,28 metros por 4,08 del Fiat), pero tiene una altura y una anchura inferiores. Y aunque su longitud resulta menos práctica para aparcar, presenta, a cambio, una estampa más equilibrada y atractiva.
Entre los mejores en conducción
El nuevo familiar de Honda destaca también por su calidad de conducción: todos los mandos funcionan con suavidad y precisión, y la mecánica (motor y cambio) responde con un tacto fino y equilibrado que entusiasma y aumenta la comodidad al volante. Además, las suspensiones ofrecen un buen compromiso entre estabilidad y confort. Y aunque no tiene el aplomo y eficacia dinámica de los Altea y C-Max, se desenvuelve bien por cualquier trazado: autopistas, carreteras secundarias...
En el lanzamiento, el FR-V estará disponible sólo con los motores de gasolina: 1.7 de 125 CV, con cambio manual de cinco marchas, y 2.0 de 150 CV, con seis velocidades, que acelera con más brío: 10,5 segundos de 0 a 100 km/h., casi dos segundos menos que el 1.7. En cambio, la velocidad máxima es similar (182 y 185 km/h.) por los desarrollos más largos del cambio de seis marchas.
Sin embargo, a mediados de 2005 la gama se completará con el propulsor más interesante, el 2.2 i-CTDi turbodiésel de 140 CV, que montará también el cambio de seis velocidades y ofrecerá la mejor relación entre prestaciones y consumos. Y aunque todavía no hay datos oficiales, debería superar los 180 km/h. y acelerar de 0 a 100 km/h. en 11 segundos con un consumo medio de seis litros, frente a los 7,5 y 8,9 de los motores 1.7 y 2.0 de gasolina.
Bien equipado de serie
El FR-V se ofrecerá con varios acabados asociados a los motores. El 1.7 se venderá en terminación única, e incluirá de serie ABS, seis airbags, climatizador, cuatro elevalunas y retrovisores eléctricos, ordenador de viaje y radio-CD. El 2.0, disponible en versiones Comfort y Executive, añadirá control de estabilidad, mandos en el volante, regulador de velocidad y llantas de 16 pulgadas (de 15 en el 1.7). Y la terminación superior vendrá de fábrica también con llantas de aleación, faros de xenón, limpiaparabrisas automáticos, techo solar, y volante y cambio en cuero.
UN INTERIOR ORIGINAL
LA DISTRIBUCIÓN de los asientos y el estilo del salpicadero distinguen al nuevo FR-V de otros modelos similares. Sólo el Multiplá, el monovolumen compacto de Fiat, ofrece la misma configuración, con seis butacas individuales repartidas en dos filas. A pesar de que el FR-V no es tan alto ni tan ancho como el familiar italiano, ofrece un interior desahogado y muy funcional. Todas las plazas tienen unas medidas adecuadas para adultos, si bien los asientos centrales, algo más pequeños, están más indicados para los niños. Pero como todas las butacas se desplazan en longitud es posible alojar también delante a tres adultos: basta retrasar la plaza central para no rozar con los hombros del conductor y el acompañante y poder viajar con comodidad.
La capacidad de carga y la flexibilidad interior son otros argumentos destacables del FR-V. El maletero tiene 439 litros, y se puede ampliar hasta 1.049 plegando los asientos traseros, que dejan el piso plano. Esta característica evita tener que sacar las butacas cuando se van a llevar bultos grandes, y permite disponer de todas las plazas una vez que se llega al punto de destino. La plaza central delantera también se pliega hacia adelante y aumenta el sentido práctico. El respaldo, además de contar con repisas internas para dejar objetos, sirve también como mesa y apoyabrazos. Pero sobre todo permite cargar objetos largos (como esquís, por ejemplo). La vocación funcional se completa con algunos accesorios prácticos que, aunque algo escasos en número, logran potenciar el confort a bordo: posavasos, cajones, etcétera.
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