Un detenido afirma que mataron a un parapléjico para vengar una agresión

La venganza de una agresión sexual motivó el asesinato de Fernando Joaquín R., el hombre parapléjico cuyo menguado cadáver fue encontrado en un horno de cal en la Torre de Claramunt (Anoia) en octubre, según Ràdio Barcelona, de la Cadena SER. Ayax R. S., uno de los seis detenidos, así se lo explicó al juez que tramita el caso, que ha ordenado prisión para todos. En su declaración, Ayax desveló que su novia había sido agredida sexualmente por el fallecido, y que para vengarla había preparado un encuentro en la casa que Judith L. C., otra de los detenidos, tenía en Torre de Claramunt, tras haberle recogido en un bar de la avenidadel Paral.lel de Barcelona. El fallecido tenía una empresa en la que trabajaban algunos de los detenidos. Éstos son Pedro José M. F., Christian V. P., Juan Antonio L. L., Judith L. C. y Adrián S. R., además de los citados Judith y Ayax, que al igual que los dos primeros, tenían antecedentes por robos de coches.

La policía no duda de que el barniz legal de la empresa no podía esconder nada bueno, vistos los antecedentes de los detenidos, que sin embargo palidecen ante los del fallecido, cuya silla de ruedas fue encontrada días después en el vertedero de una empresa de chatarra de Castellbisbal: corrupción de menores, proxenetismo, estafa, robo con fuerza y agresión sexual, cometidos después de un accidente de tráfico en Menorca que le dejó inválido. Además, el fallecido, de nacionalidad portuguesa y origen mozambiqueño, estuvo detenido en las Antillas holandesas por traficar con cocaína.

Ayax declaró al juez que una vez en la casa, todos consumieron ingentes cantidades de alcohol, marihuana y cocaína, tras lo cual, él mismo, ante el estupor de casi todos los presentes, asestó repetidos golpes con el mango de un hacha, hasta dejarlo malherido. Fue Judith, según Ayax, la que remató a Joaquín con varias puñaladas en el corazón. No fue hasta tres días después cuando regresaron a la casa para limpiar los restos y llevar el cadáver hasta el horno de cal abandonado, donde fueron encontrados tan sólo la cabeza y el tronco. El resto había sido quemado. El humo que salía alertó a los vecinos, que vieron aún las brasas.

La declaración concuerda con la autopsia, que reveló la brutal paliza y varias puñaladas en el corazón, además de restos de cinta aislante en la boca. La Guardia Civil tuvo que analizar el ADN para comprobar que correspondía al de una persona que constaba como desaparecida en el archivo del Cuerpo Nacional de Policía. Los acusados se desembarazaron de muchas pruebas en los días siguientes al asesinato tirándolas por el margen de las carreteras cercanas. La silla de ruedas fue una de ellas, halladas junto a unos guantes.

La policía ha aprehendido dos coches a los acusados, y al menos en uno de ellos ha encontrado indicios irrefutables de que fue usado para transportar a la víctima. También ha recopilado abundante documentación incriminatoria en sus domicilios. Los interrogatorios practicados a los primeros detenidos fueron conduciendo al resto de la banda.