El acusado de matar a un quiosquero de Vila-real niega su vinculación al crimen

Pese a que un testigo lo situó ayer en el lugar de los hechos el día en el que se produjo el crimen, el acusado de la muerte de un quiosquero de Vila-real negó ayer su participación en los hechos. V.G.P., de 26 años, señaló a otro hombre, que se encuentra en búsqueda y captura, como autor del presunto asesinato y, tras admitir haber estado en el domicilio de la víctima, afirmó ante el juez al describir lo que allí supuestamente se encontró: "Cuando lo vi, estaba tumbado boca arriba con heridas y mucha sangre". "Pero yo no lo maté", añadió.

Además, el acusado dijo no haber denunciado los hechos por temor ya que el hombre al que achaca la muerte del quiosquero, le amenazó tanto a él como a los componentes de su familia. Los hechos se remontan al mes de junio del año 2002, cuando se produjo la muerte del quiosquero por la que tanto el fiscal como la acusación particular piden penas que suman 26 años de prisión por un presunto delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y otro de robo con fuerza.

Relaciones sexuales

Según el acusado, días antes había llegado de Bulgaria y fue su amigo quien le llevó a casa del quiosquero con quien, según le dijo "mantenía relaciones sexuales". El acusado declaró que el día de los hechos, después de comer en casa de la víctima, se inyectó un gramo de heroína y se durmió. Cuando se despertó, según su versión, vio al hombre muerto. La versión del fiscal apunta a que ambos, el detenido y un supuesto cómplice, abordaron a la víctima en su domicilio por sorpresa y "con ánimo de matarlo". Le asestaron golpes con una plancha de hierro y un cuchillo y le seccionaron la arteria carótida, según el relato del fiscal.

En el juicio, iniciado ayer, también declaró una vecina del quiosquero, que aseguró haber visto al detenido salir del domicilio de la víctima acompañado de otro hombre, con dos bolsas en la mano y en el coche del ahora fallecido.