Poesía
Conseguir un estilo propio es muy trabajoso en todas las artes; una vez que se conoce lo que otros han hecho y lo que hacen en la actualidad, hay que llegar al lugar al que no ha llegado nadie para conseguir el lenguaje que nadie habló; y el poeta, además deberá encontrar el sentimiento que nadie sintió. Y como allí no hay nadie, ese lugar se encuentra en la soledad. Los poemas son monólogos sinceros que musiquean el decir entre la desesperanza y la felicidad a costa de la realidad. Dice Pessoa que la poesía, "esa sonrisa de las letras", consiste en "fijar un estado de alma, aunque no lo sea, en versos que lo traduzcan impersonalmente; describir las emociones que no se han sentido con la misma emoción con que se sintieron: ese es el privilegio de los que son poetas, porque, si no lo fueran, nadie los creería".
En el libro Consolaciones, Jacobo Cortínez, en el poema Desde la otra orilla, habla de una vida en la que "Hubo dolor, miseria, confusiones, / aquello que es normal entre los vivos, / pero también el gozo, la alegría / de apurar los instantes más intensos." Es un ejemplo perfecto en el que, con pocas palabras, las precisas, y ordenadas en un ritmo tan hermoso, siente el dolor y la alegría impersonalmente, y lo expresa con "emociones que no se han sentido pero con la misma emoción con la que se sintieron". Porque el dolor y la miseria son palabras muy fuertes; yo me imagino una obra de Dickens y me cuesta trabajo pensar que Cortínez lo haya sentido. Y tampoco me lo imagino apurando los instantes más intensos, que me parece algo así como empeñarse en quedarse el último en una fiesta o resistirse a terminar una noche de sorpresas y felicidades. No sé, pueden encontrarse tantos ejemplos como lectores. Pero sí es verdad que me he resistido a terminar el libro por lo que lo he disfrutado. Y me he creído a pie juntillas cada verso que leía por la emoción que me producían; y, a pesar de que lo analice según la idea de Pessoa, me lo sigo creyendo tal como dice el poeta portugués: porque es poeta.
Un amigo de Cortázar dijo que la pereza inventa las imágenes. Por no tomarnos el trabajo de buscar una palabra precisa, la sumergimos en una imagen por tonta que sea. Claro que hay muy buenas imágenes, pero también hay mucho placer en "apurar los instantes más intensos de la literatura y la poesía". Y es una pena perdérselos.
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