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PERSONAJE

Mourning no se rinde

A punto de cumplir 35 años y después de habérsele trasplantado un riñón, el jugador aún brilla en los Nets y sueña con el 'anillo'

No se sabe lo que le pasó por la cabeza a Alonzo Mourning (Virginia, Estados Unidos; 8-2-1970) el día en que su médico le llamó, tras los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, para informarle de que sufría una enfermedad renal incurable. El baloncestista más duro del decenio de los 90 se sintió por primera vez vulnerable. Con sus 2,08 metros, se había enfrentado a jugadores mucho más altos, pero carentes de la competitividad y la agresividad que hicieron de él una fuerza intimidatoria bajo los tableros de la NBA. Aun así, decidió que si Shaquille O'Neal, Pat Ewing o Karl Malone no pudieron vencerle, su enfermedad tampoco lo haría. Y es que Mourning está acostumbrado a tales desafíos, por eso hoy día aún lucha con los Nets de Nueva Jersey, con los que presenta unos buenos números.

Huérfano desde los 12 años, Mourning se desarrolló tarde como jugador: a los 17, cuando llevó al instituto Indian River, de la pequeña Chesapeake, en Virginia, a un título estatal. Por entonces, la única duda sobre él era si sus centímetros de menos le harían padecer ante pívots de mayor potencial. Una vez en la universidad de Georgetown, formó pareja en el poste bajo con Dikembe Mutombo, pero, a la hora de la verdad, en los playoff, siempre defraudó. Finalmente, fue elegido por Charlotte en el draft, pero no fue hasta su llegada a Miami, en 1994, cuando comenzó a despuntar.

Tras seis temporadas con los Heat, Mourning se retiró temporalmente durante el curso 2000-01 para tratarse de su mal y volver al equipo al siguiente. Pero seguía sin estar satisfecho. Tal vez cualquiera se habría sentido agradecido simplemente por volver a la cancha. Él es diferente. Cuando firmó con los Nets, dio a conocer la fuerza que le convirtió en unos de los pívots más dominantes de su generación. Por el mismo proceso pasó su amigo Charles Barkley cuando cambió a sus queridos Sixers de Filadelfia por los Suns de Phoenix. Jugadores como Barkley o Mourning no querían ser recordados como meros luchadores. En su cabeza sólo cabía una obsesión: el anillo de campeones. Con Jason Kidd dirigiendo la maquinaria de los Nets y con Mourning bajo el aro, Nueva Jersey se convertía en el favorito de la Conferencia Este. Trece partidos le duró a Mourning la ilusión. Lo mismo que tardó su riñón dañado en decir basta. Así, anunció se retirada definitiva, pero nadie le creyó.

Quién mejor que Sean Elliot, ex jugador de San Antonio Spurs, para entender por lo que ha pasado Mourning. Elliot se vio obligado a retirarse temporalmente en 1999 para volver al año siguiente tras un trasplante de riñón y ayudar a los Spurs a ganar el título en 2001. Tras su adiós definitivo, Elliot se puso en campaña para denunciar el uso excesivo de antiinflamatorios en la NBA, causantes de enfermedades renales como la suya.

Sin embargo, Mourning no le echó la culpa a nadie. Armado por un protector especialmente diseñado por Nike y un nuevo riñón, ha vuelto a la pista un año más tarde empujado por su eterna obsesión. Ha recibido una tercera oportunidad y todavía sigue sin estar satisfecho. El Guerrero de Chesapeake tiene la mente fija en su sueño. Tras jugar los cinco primeros partidos como titular de los Nets, ha promediado 13 puntos, siete rebotes y tres tapones por partido, unos buenos números para un jugador que ha pasado una temporada en blanco.

Mourning conoce las limitaciones de su equipo y está dispuesto a tomar cualquier decisión para lograr el título. Incluso ha anunciado que está dispuesto a comprar su libertad por 15 millones de dólares si los Nets no le dejan marchar. Argumenta que el conjunto de esta campaña no es el mismo que aquel por el que él fichó.

A pesar de que tampoco él es el mismo, siempre se ha destacado por liderar los equipos a su gusto. Mourning busca su anillo y pueda que el lugar en el que lo encuentre sea Miami, donde el numero uno del draft de 1992, O'Neal; el dos, Mourning, y el tres, Christian Laettner, se reúnan en un encuentro sin precedentes en la NBA.

Mourning celebra una canasta conseguida por los Nets.
Mourning celebra una canasta conseguida por los Nets.ASSOCIATED PRESS

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