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Reportaje:

El comodín recibe al fin su premio

Paredes, ayudante de Aragonés, le dijo a Angulo hace dos meses que iba a ser examinado

Juan Morenilla

Miguel Ángel Angulo conoció su convocatoria cuando entró al vestuario del Valencia y vio su teléfono móvil saturado de mensajes. No había parado de sonar mientras el asturiano, de 27 años, se entrenaba en Paterna. No era para menos. Después de ser internacional en casi todas las categorías inferiores, campeón de Europa sub 21 y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sydney, a Angulo le faltaba al último paso. Ningún seleccionador le había convocado pese a ser un jugador muy valorado por sus técnicos en el Valencia.

Angulo resumió ayer en una frase su peculiar condición de futbolista: "No sé si voy a jugar de defensa, de centrocampista o de delantero". Su polivalencia, su mayor virtud, ha podido ser también la razón por la que Clemente, Camacho y Sáez nunca le llamaron para la selección absoluta. ¿Dónde colocar a Angulo si no es ni una cosa ni otra? Los entrenadores nunca le incluyen al comienzo de temporada en el equipo titular, pero siempre recurren a él a lo largo del curso. Para cualquier cosa, ahí está Angulo, dispuesto a jugar donde sea, por la derecha o la izquierda, desde el lateral a la delantera. Y a exprimir sus rachas de buen juego, fiel a su condición de jugador ciclotímico, tan enrachado a veces como nulo otras. Ranieri, Cúper y Rafa Benítez pueden dar fe de ello. Con el italiano jugó de defensa, medio y delantero en un mismo partido, y Benítez le convirtió en el ariete titular en su primera temporada. Hasta Arsène Wenger le llamó para su gran Arsenal. El jugador aceptó el guiño pero se arrepintió a última hora en Londres y renovó con el Valencia hasta 2009.

La afición de Mestalla ha entendido mal su polivalencia y le ha silbado repetidamente. Claro que ahora el equipo no da pie con bola y Ranieri se ha empeñado en colocarlo de interior izquierda en lugar del lesionado Vicente, donde no aporta nada. Por eso reconoció ayer que no esperaba "en este momento" la llamada de Aragonés, si bien Jesús Paredes, su ayudante, le dijo hace dos meses que iban a seguirle y que querían un jugador polivalente. Angulo lo es y cuenta, además, con un gran físico, como reconocen sus preparadores.

"Angulo siempre juega al límite, da todo lo que tiene. Lucha, es rápido, siempre marca algún gol aunque no es su fuerte y conoce la banda derecha de memoria", explica Iñaki Sáez, con quien fue internacional sub 21. "Yo lo usé una vez de lateral contra Holanda porque lo necesitaba. Cuando tiras de él, te rindes. Hay momentos en que está fortísimo y es imprescindible", añade.

Nacido en Oviedo pero sportinguista, formado en la escuela de Mareo durante ocho años, y en el Valencia desde los 18, Angulo recibió ayer, por fin, su merecido premio. "Es más que eso, es algo muy emocionante".

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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