El esfuerzo convertido en arte

Cuenta Juan Antonio Álvarez que cuando el Koldo Mitxelena de San Sebastián le propuso organizar una exposición, se dedicó a viajar para ver muestras y descubrió que el esfuerzo -desde el físico hasta el mental- aparecía como cuestión recurrente en la obra de muchos artistas contemporáneos. "La historia de la humanidad no deja de ser la de un tremendo esfuerzo", explica. Decidió entonces articular su propuesta sobre esa idea. El resultado es Ahalegina, esfuerzo, una exposición que reúne desde hoy en la sala de exposiciones del centro donostiarra las obras de una decena de autores de distintos países, la mayoría de ellas videoproyecciones. La muestra se abre con una performance de la israelí Yael Davids.

"Estas obras te obligan a preguntarte más sobre el sentido de la vida"

"En la sociedad capitalista en la que vivimos se nos ha vendido que si te esfuerzas triunfas en la vida", dice Álvarez Reyes. La exposición quiere hacer añicos esa "base del sueño americano", porque la mayoría de los artistas representados abordan la cuestión del afán desde una perspectiva crítica, irónica, pero sobre todo, pesimista. "Muchos reflejan que hay un punto de esfuerzo inútil", afirma el comisario. Por ejemplo, la australiana Tracey Moffat (Brisbane, 1960) presenta una serie fotográfica realizada hace cuatro años durante los Juegos Olímpicos. La artista se fijó en diferentes atletas que quedaron en cuarta posición. El cansancio y el sufrimiento

que reflejan sus rostros no tuvo su compensación.

Esta misma idea expresa el estonio Jaan Toomik (Tartu, 1961) en un documental sobre un pintor que padece una enfermedad degenerativa incurable, pero que pese a ello, sigue trabajando y luchando para sobreponerse. "Llega un momento en el que todas las personas nos preocupamos sobre el sentido de nuestra propia vida, sobre qué estamos haciendo con ella, sobre si lo que estamos haciendo nos conduce o no a algún sitio, y, de alguna maneram estas obras te obligan a preguntarte más", apunta Álvarez Reyes.

La pareja de artistas formada por Marta de Gonzalo (Madrid, 1971) y Publio Pérez Prieto (Mérida, 1973), única representación española de la muestra, presenta una doble proyección que cuestiona el modelo de vida de la sociedad occidental. En la primera, presenta a una pareja acomodada comentando sus problemas laborales, que afectan también a lo personal. En la segunda, una serie de diapositivas van dejando a la vista del espectador unas tablas. En ellas se indica cuántas horas necesita un trabajador para por comprarse, por ejemplo, un jersey o un dentífrico.

La primacía de las videoinstalaciones en esta muestra tiene una explicación. "Además de que es el medio más común entre los artístas hoy en día, permite una narratividad diferente a la de la escultura u otras disciplinas para tratar estos temas", indica el comisario. Tiene igualmente otra capacidad para emocionar al visitante cuando descubre que la coral que ha grabado el polaco Artur Zmijewski (Varsovia, 1966) está integrada por sordomudos.