De la imagen al cuerpo

Durante siglos uno de los principales retos del pintor fue trasladar al lienzo los volúmenes que observaba en la realidad. Manolo Martín ha recorrido el camino contrario a través de las cerca de 70 piezas que forman la exposición Pren art!, que puede visitarse en el Palau de la Música de Valencia hasta el 14 de noviembre. La muestra reivindica a Martín, artista fallero, artesano, como un artista sin adjetivos.

La obras expuestas reproducen en esculturas de fibra de vidrio las ilustraciones y dibujos de varios artistas, entre ellos, de forma destacada, los trabajos del ruso Vladimir Vasilievitx Lebedev (1891-1967). Autor de libros para niños, Lebedev se movió dentro de las vanguardias rusas vinculadas a la revolución bolchevique hasta que, ya en la década de los años treinta, fue acusado de formalista y de mutilar el "espíritu infantil" en el marco de las purgas estalinistas.

Martín da forma a las imágenes, la mayoría de las cuales tienen un aire circense, y después pinta sobre ellas. El resultado son unas piezas sorprendentes, con resonancias que el propio autor identifica con el equipo Crónica, "pero menos políticas y más amables", obras lúdicas, que representan perros; elefantes; músicos y cómicos; "chicas guitarristas", y "hombre con niña".

Estructuradas en su mayor parte en series de cinco figuras más dos "pruebas de autor", las esculturas esconden a su vez pequeños homenajes a algunos de los grandes pintores del siglo XX, especialmente los que desarrollaron su obra en los años veinte. Así, sobre un elefante, se descubre otro elefante, de Salvador Dalí, acompañado por un séquito de hormigas y un reloj reblandecido. Un perro lleva en el lomo las generosas proporciones de las mujeres del colombiano Fernando Botero; y otro tiene en el rostro el ojo que preside el Guernica de Pablo Picasso. Las ropas de algunos de los músicos recrean pinturas de Henri Matisse, y rastreando el resto de figuras pueden hallarse las voces de Fernand Léger, y de artistas valencianos como Javier Mariscal, Manolo Valdés, Miquel Navarro y Carmen Calvo.

La mayoría de ellos participa también en el catálogo de la exposición, que es a su vez un homenaje a Martín, nacido en Almenara (Castellón), en 1948. Creador de innumerables fallas, y de obras ya identificadas con la ciudad de Valencia, como la escultura de Gulliver que descansa en el viejo cauce del río Turia, ha empleado dos años en preparar estas figuras. Trabajador plástico desde los 11 años, ha desarrollado campos como la escenografía teatral, el montaje de instalaciones museísticas y la publicidad. Casi siempre de forma autodidacta. Esa procedencia artesanal, manual antes que académica, explica que Pren art! sea su primera exposición.

La muestra tiene también un apartado dedicado a la pintura, una disciplina que Martín reconoce como su "pasión", y que probablemente será la base de su próxima exposición. La temática de los ocho cuadros expuestos es distinta, pero sobre ellos planea lo que el propio autor define como estilo zen, producto de la atracción que siente por los artistas orientales. En ellos tiene un peso destacado el agua, el aire, y el resto de elementos de la naturaleza. Creados con diversos materiales y soportes variados, algunos están acompañados de fotografías y otros dotados de volumen. Cómo no.