Malos tratos en Córdoba

Qué difícil es que todos los partidos políticos se hayan puesto de acuerdo para aprobar la ley contra la violencia de género.

Qué difícil ha sido que la sociedad se conciencie de la barbarie que día tras día vemos en televisión y prensa.

Y que lejano vemos en casa estas acciones violentas, casi siempre provocadas por el típico psicópata maltratador de turno.

Casi siempre en el ámbito familiar. Siempre contra la mujer, la cual lo sufre en silencio, hasta que no puede más y busca el amparo y la seguridad en su familia.

El caso que nos ocupa lo he vivido en primera fila.

He visto durante dos años un continuo sufrimiento emocional en dos inocentes ojos. Me ha sobrecogido la frágil y diminuta personita que ha elegido como refugio para sobrellevar las miserables canalladas que a lo largo de este tiempo el padre de este pequeñito remanso de paz le ha asestado a su inocente madre.

Pero lo que me ha llevado más allá de la indignación ha sido el incomprensible archivo provisional, por parte de un juez de la Audiencia Provincial de Córdoba, de una denuncia por agresión e intento de atropello, con parte de lesiones del servicio de urgencias, y de testigos que estuvieron en el lugar de los hechos y que, bajo juramento, lo declararon en su día en el juzgado.

A los dos días de la agresión, en el mes de marzo, un juez del juzgado de guardia, y después de oír las declaraciones de la víctima y del agresor, decretó protección para la misma, dictando una orden de alejamiento contra el violento.En el mes de junio y después de oír todas las declaraciones de las personas que estuvieron en el lugar de los hechos, inclusive el garante que declaró a favor del agresor, otro juez dice que se tiene que juzgar al mismo.

En octubre un juez de la Audiencia Provincial, atendiendo un recurso del letrado del agresor, decide archivarla, eso sí, de forma provisional, porque, según el auto, las lesiones que le produjo el agresor al lanzarla violentamente contra la puerta del coche y el médico que la atendió 40 minutos más tarde del hecho no estaba delante, según su señoría, no son pruebas suficientes para juzgarlo.

¿Qué más pruebas necesitará para que se celebre el juicio, además de la agresión y secuelas cervicales y dorsales que le han quedado?, ¿que la hubiese atropellado y ya con el atestado de la Guardia Civil se demuestre que se ha quedado parapléjica? ¡Por el amor de Dios!, ¿en cuánto valoran la seguridad y la vida de un ser humano expuesta a la sin razón de un violento?

Comparo esta medida con las que han aprobado por unanimidad en el Congreso de los Diputados y me da la impresión que en vez de vivir en un país de la UE, vivo en uno de Oriente Medio.