La feria Mediterrània cierra sus puertas con el reto de incorporar nuevas culturas
Mediterrània, la feria de espectáculos de raíz tradicional que se clausuró ayer en Manresa, está preparada para asumir un nuevo reto: pluralizar la presencia de grupos del Mediterráneo para incorporar nuevas culturas en los escenarios de la capital del Bages. Mediterrània ya es una feria que compite en cifras con otras como el Mercat de Música Viva de Vic y la Fira de Teatre de Tàrrega. Tiene 18 escenarios cubiertos y 6 itinerarios en la calle; ha superado los 100 grupos artísticos y ha ofrecido 140 actuaciones. Algunos espectáculos han sido vistos por más de 10.000 personas y en su conjunto, la ciudad, de 70.000 habitantes, recibe unos 100.000 visitantes.
La organización es reticente a dar datos de asistencia porque la mayoría de espectáculos se celebran en la calle o en recintos de libre entrada, lo cual dificulta el recuento de espectadores. Los 100.000 visitantes son, sin embargo, una cifra de referencia. Este es el cálculo de visitantes de la edición de 2003 y, sin recuentos oficiales en la presente edición, se considera que la asistencia de público es similar. Lo que ha mejorado de manera notable, en cambio, es la facilidad para poder ver los espectáculos. "Estábamos muriendo de éxito", explicó Jordi Bertran, director artístico de la feria, y en esta edición "hemos dispuesto nuevos espacios de más capacidad, con lo que hemos evitado que el público se quedase en las puertas de los espectáculos sin poder entrar".
Las calles de Manresa y los recintos donde se celebraban los espectáculos se llenaron de nuevo ayer. El centro de la ciudad vivió hasta pasadas las 21.00 horas los avatares de la feria, y algunas propuestas han dejado huella. El espectáculo de danza vertical Récif, de la compañía Les Passagers, ha reunido más de 10.000 espectadores. Los títeres de Bruno Leone han supuesto un punto y aparte en las representaciones de Pucinella y la música de Luigi Cinque aún circula por los cuerpos de centenares de personas que acudieron a su concierto. Anoche, un espectáculo de fuego mezclando el rugir del correfoc de Manresa con el gusto escénico del grup valenciano Xarxa Teatre puso las últimas chispas a la ciudad.
Jordi Bertran considera que esta séptima edición de Mediterrània es la consolidación de una feria en su ciudad de acogida, Manresa, que si en un principio recibía la fiesta con una cierta frialdad, ahora la defiende con uñas y dientes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.