La tontería
En un anuncio de Levi's veo cómo un chico entra en una tienda de tejanos, se quita los que lleva puestos, se prueba los que le da la dependienta, se los quita, vuelve a ponerse los suyos y le dice: "Sólo quería que vieras cómo me quedan". Y la dependienta le sonríe, arrastrada por una repentina erupción hormonal.
Pásalo
Animado por el ejemplo, entré en una tienda, me quité los pantalones, puse cara de talante, pero cuando la dependienta me vio en calzoncillos, avisó a los de seguridad. Ergo: no imites lo que veas en los anuncios. Ciertos personajes de la publicidad, en cambio, nos imitan. Se anuncia una Barbie capaz de enviar mensajes a móviles a otros seres de su especie. Está pensada para que las niñas puedan matar la impaciencia de tener un móvil fetén, que utilizarán para a) participar en raves telefónicas como la del 13-M o b) enviar SMS a programas de esos en los que puede leerse "Aída, acaba con ellos".
Tonto
En Cada día (Antena 3), Coto Matamoros protagoniza una sección absurda y faltona en la que despelleja a famosos y, de paso, a sí mismo. Es el contrapunto al interés que muestran los demás colaboradores de María Teresa Campos por las neurosis ajenas. Matamoros da la sensación de estar por debajo o por encima de todo eso, como si estuviera ahorrando para algún proyecto cinematográfico o literario. El último fue el guión de una sombría y melancólica película sobre unos pobres diablos, titulada Plauto, recuerdo distorsionado de un tonto eventual. Dentro de unos años, cuando queramos comprender en qué consistió la era de la telebasura (versión distorsionada, tonta, eventual y audiovisual de la picaresca), deberá incluir esta rarísima y violenta película, que cuenta, además de con un inusual elenco de actores (Dioni, Dantés, Nuria Bermúdez), con un prefacio digno de Estravagario: unas palabras de Pessoa. Es el mismo poeta que escribió: "Lo esencial es saber ver / saber ver sin estar pensando / saber ver cuando se ve / y ni pensar cuando se ve, / ni ver cuando se piensa". Y el portugués no se refería, sospecho, a la televisión.
Recuento
El recuento de las elecciones norteamericanas parecía diseñado por los responsables de La granja o Gran Hermano. Con perverso sentido dramático se alargan las deliberaciones, se insertan especulaciones de expertos y testimonios de familiares, y planea sobre el desenlace la terrible amenaza de la nominación. "Todo se potencia dentro de la casa", dice el pariente de un concursante de GH. Y se lo cree tanto como su clónico de otro canal, que repite "Todo se potencia dentro de La granja". Y el mundo, rendido a su Frankenstein, se postra ante el televisor, imita sus tensiones y potencia todo lo que en realidad es puro cuento. ¿Quedará algo de todo eso? Seamos optimistas: perdurará el gol de Ronaldinho.
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