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Reportaje:

Casados con Rusia

Buscan pareja y una vida mejor. Los encantos de las chicas del Este se imponen y los matrimonios hispano-rusos se propagan

Patricia Ortega Dolz

El señor Pérez, como prefiere llamarse este andaluz de 40 años residente en Barcelona, había tenido una relación sentimental larga pero bastante turbulenta. Solía decir eso de "todo iba bien hasta que ella empezó a trabajar, a conocer gente, a salir... y se jodió". Un año después de la separación de su mujer y de su hija de 12 años, un amigo le dio una idea: "¿Por qué no te buscas una ucraniana como yo? No son como las españolas. Son más cariñosas, están más por uno, no les gusta salir tanto, son más familiares...". Y dicho y hecho. Hace ocho meses el señor Pérez vio un anuncio de una agencia matrimonial que trabajaba con mujeres del Este. Llamó, mantuvo contacto con varias mujeres por correo electrónico, hizo varios viajes a Zaporozhye (en Ucrania, a unos 600 kilómetros de la capital, Kiev) y el próximo 11 de diciembre se casará allí con Natalia, de 29 años, ingeniera técnica industrial, divorciada y madre de un niño de siete.

Las agencias que venden relaciones con chicas del Este proliferan en la red
"Determinar si son o no matrimonios de conveniencia es difícil", dice un agente policial

Así de sencillo y así de rápido. Las agencias matrimoniales que promocionan relaciones de pareja con mujeres del Este de Europa proliferan por la red. Fotos de mujeres despampanantes llenan la pantalla con sólo teclear "chicas rusas" en el buscador. Junto a sus fotografías, sus medidas exactas, sus profesiones, sus aficiones, su estado civil... Los datos básicos que alguien quiere conocer de la persona que podría ser su pareja.

Es imposible saber cuántos matrimonios hispano-rusos hay en España, dado que se trata de una información protegida por la Agencia de Protección de Datos. Sin embargo, fuentes policiales aseguran que es un fenómeno creciente desde finales de los noventa, que fue cuando empezó la inmigración de mujeres de países del Este a España. "La mayoría para dedicarse al alterne o la prostitución, porque es donde lo tenían más fácil. Incluso, muchas, engañadas y captadas por redes de prostitución que las utilizan como esclavas sexuales", aseguran las mismas fuentes.

Puede que la mayoría llegasen como inmigrantes económicas buscando una vida mejor, pero lo cierto es que, años más tarde, su presencia en el país y el efecto llamada suscitado en sus lugares de origen han estrechado los lazos entre España y el Este de Europa. Ya existen zonas, como El Ejido (Almería), donde proliferan los locutorios y los restaurantes rusos, en las que podría hablarse casi de un "hermanamiento" entre pueblos, dado que la mayoría de las mujeres rusas que conviven con un español ejidense proceden de las mismas zonas de Rusia.

Chicas como Olga o Ana, de 23 y 28 años que vienen de la República de Udmurtia (Rusia). Primero llegó Ana, trabajó un tiempo "como camarera" en un local y allí conoció a Luis, su actual compañero sentimental. Luego vino Olga de vacaciones y se quedó y conoció a Pedro, el amigo de Luis, con quien se ha casado hace apenas unos meses. Y así. Se ha creado una red paralela a la de Internet.

"Nuestro soporte es Internet porque nos sirve de book, es rápido y accesible", explica uno de los responsables de la agencia matrimonial www.amigasrusas.com, que prefiere mantener su anonimato. "Captamos a las chicas en San Petesburgo y Ucrania a través de anuncios. Allí tenemos una pequeña infraestructura con un traductor cubano que permite el contacto entre ellas y los españoles. Los clientes pagan una cuota por el contacto. Incluyendo un viaje de una semana allí, les puede salir por unos 2.000 euros y los trámites para traerse a la chica pueden durar un par de meses", agrega.

Este empresario asegura que sus fines son serios y persiguen un matrimonio o pareja estable, aunque reconoce que el seguimiento de los casos es nulo: "No vendemos modelos y presentamos adefesios como hacen otras agencias para sacarles el dinero a los clientes".

La mayoría de las chicas que se anuncian tienen entre 18 y 35 años. Casi todas de un nivel cultural medio o alto, aunque su situación económica es siempre deficiente (sueldos de 50 euros al mes) y algunas tienen cargas familiares.Las propias agencias reconocen haber sido "tocadas" por mafias de prostitución que han pretendido obtener chicas a su costa: "Cuando notamos algo raro cortamos por lo sano, pero sabemos que la policía nos ha investigado", comenta este empresario. Aspecto que confirman después las mismas fuentes policiales.

Las cartas de invitación, en el caso de los clientes de las agencias, o la entrada con visado de turista son las fórmulas más usadas por estas mujeres para llegar a España. "Claramente es un fenómeno creciente aunque difícilmente cuantificable si tenemos en cuenta que los países por los que entran -Hungría, Polonia, República Checa...- pertenecen ya a la Unión Europea y no hay control fronterizo", argumentan fuentes policiales. "Sabemos que el matrimonio es una vía de inmigración, pero determinar si se trata de matrimonios de conveniencia es complicado. Sólo pueden ser perseguidos si se demuestra que ha habido un soborno de por medio: "Si te casas con la chica, ella nos da un millón, tanto para ti y tanto para mí, o algo así. Pero mujer del Este junto a hombre español 30 años mayor, no es una ecuación suficiente para demostrar ninguna ilegalidad", alegan la misma fuentes.

Pero frente a la ausencia de datos, la realidad se impone y cada día es más usual ver a una joven alta y rubia de rasgos eslavos de la mano de un ciudadano español por las calles de El Ejido.

Dos chicas caucásicas, frente a un restaurante ruso en El Ejido.
Dos chicas caucásicas, frente a un restaurante ruso en El Ejido.F. BONILLA

De la barra al altar

"La mayoría de las chicas rusas trabajan de camareras en locales de copas porque no les piden documentación", explica una joven rusa residente en El Ejido (Almería) y recientemente casada con un ejidense. Aunque ellas son muy reticentes a hablar de su pasado por la mala reputación que se les atribuye -"estamos hartas de que se diga que todas somos prostitutas"-, lo cierto es que ellas mismas reconocen que las barras son su pista de aterrizaje y, muchas veces, la vía por la que conocen a sus respectivas parejas.

En El Ejido, los locales de alterne han crecido como setas con la llegada de las mujeres eslavas. La policía tiene contabilizados 31, sólo en este pueblo y 90 en toda la provincia. "Es el lugar de España con más locales por metro cuadrado", dice un agente.

"La mayoría se casan para obtener la residencia con mayor rapidez y poder empezar a trabajar legalmente en España. Apenas un año después de casarse ya obtienen un permiso de cinco años", explican fuentes policiales.

"Se casan, les sacan todo el dinero que pueden y, con el tiempo, les abandonan. Algunas vuelven a su país y después vienen otras, y así", explican las mismas fuentes.

Según la versión policial, desde que hace cinco años una mujer rusa aterrizó allí y conoció al dueño de un local, el negocio se ha disparado y cada vez son más las que van de la barra al altar.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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