Jueves de martirio
El juicio por el asesinato de un marroquí en la estación de autobuses de Huelva destapa carencias en la instrucción
El Jueves Santo de 2003 varios encapuchados apalearon a tres marroquíes dormidos en la estación de autobuses de Huelva. Uno murió a las 48 horas. Cuatro adultos y un menor están acusados de la agresión. En el proceso que se sigue en la Audiencia de Huelva hay cuatro abogados defensores, uno por cada sospechoso adulto, y ningún letrado que ejerza la acusación particular en nombre de las víctimas. La Fiscalía pide 31 años de cárcel para cada acusado e indemnizaciones para los agredidos. Los sospechosos llevan 18 meses en prisión preventiva. La instrucción descansa sobre el testimonio de uno de los imputados, que sufre una ligera deficiencia psíquica, y que se ha desdicho en más de cuatro ocasiones.
- Madrugada del 17 de abril 2003. En la estación de autobuses de Huelva duermen Abdesdek Ben Sfia, de 27 años, y Boubker Echarraka, de 35. Esa tarde habían llegado de Almería con la intención de trabajar en la campaña fresera. Junto a ellos está tumbado Mohamed Zoubir, un marroquí de 60 años al que habían conocido horas antes y con el que habían confraternizado: habían perdido sus respectivos autobuses. Pretenden partir hacia Lepe en el primer autocar de la mañana. Entre las 3.00 y las 4.00, un grupo de personas cubiertas con pasamontañas les ataca con bates de béisbol y navajas. Los inmigrantes se protegen con los brazos y piden auxilio. Un vigilante y un operario de limpieza avisan a la policía. Los pasos del Jueves Santo procesionan.
- 19 de abril 2003. Mohamed Zoubir muere en el hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, debido a la gravedad de sus lesiones: traumatismo craneoencefálico, fracturas craneales y hemorragia cerebral. Sus compañeros corren mejor suerte. Abdesdek Ben Sfia se cura a los 60 días de los navajazos en ambas piernas y mucho antes se recupera Boubker Echarraka, herido en un antebrazo, una mano y el parietal derecho.
- 23 de abril 2003. Boubker Echarraka declara ante la policía que los agresores actuaron a cara descubierta, pero no reconoce a ninguno en las fotos que le muestran. En declaraciones posteriores matiza que sólo pudo ver descubierto a su agresor, con "perilla algo rubia", y que ignoraba si los demás estaban embozados o no. También el 23 de abril comparece ante la policía el marroquí H. E. M., de 23 años, que se convertirá en uno de los principales testigos de la Fiscalía. Relata que la noche de la agresión vio a dos coches dando vueltas alrededor de la estación con personas probándose unos pasamontañas y con bates. Reconoció a uno de ellos que "llevaba perilla" como "al mismo individuo" que había pegado a un magrebí el año anterior. Otro marroquí, A. E. A., narra que cinco individuos con el rostro cubierto y "bates de béisbol" trataron de agarrarlo la noche del Jueves Santo en la estación de autobuses, pero huyó.
- 28 de abril 2003. H. E. M. identifica en una fotografía a Teodoro F. R. como el ocupante de uno de los vehículos que se probó el pasamontañas. Del resto no puede aportar características físicas. No se detiene de forma inmediata a nadie.
- 28 de mayo 2003. Teodoro declara ante la policía que, junto a cuatro amigos, todos encapuchados y armados de palos y navajas, se dirige a la estación de autobuses entre las 3.00 y las 4.00 del Jueves Santo, donde sus amigos agreden a los tres marroquíes, mientras él permanece al margen, sin bate y sin capucha (dice que se la quita). Identifica como sus acompañantes a Francisco R. V., Jaime R. M., Carmelo R. R. y el menor de edad A. R. V., de quienes había partido la invitación de ir "a pegarle a unos moros". La policía detiene a Jaime, y a A. R. V., que pasa a disposición del juzgado de menores. El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Huelva, Esteban Brito, ordena el ingreso en prisión de Teodoro y Jaime. No se toman medidas para separarlos, a pesar de que uno ha delatado a otro. Acabarán compartiendo celda en la prisión de Huelva.
- 2 de junio 2003. Carmelo y Francisco se presentan voluntariamente en el Juzgado de Instrucción número 2 al saber que la policía les busca. Brito decreta su ingreso en prisión. Los cuatro acusados del crimen acaban compartiendo el mismo módulo. El menor, por su parte, es enviado a un centro de internamiento de reforma juvenil en Almería y sale en libertad a los seis meses. Su juicio se celebrará a final de mes.
- 5 de junio 2003. Teodoro rectifica su declaración ante el juez. Proclama su inocencia y asegura que los agresores no fueron "los que dijo en un principio" sino otros (skins) y que él no estuvo allí. Asisten su abogado de oficio, defensores de los otros imputados y la fiscal Carmen Escudero. No se abren nuevas líneas de investigación. En comparecencias posteriores ante el juzgado de menores cambiará de nuevo su declaración e implicará a otras personas. En la vista oral dio una nueva versión: negó haber estado en la estación la noche del apaleamiento. Su abogado esgrime que posee una deficiencia psíquica moderada, que hace poco sólido su testimonio.
- 7 de octubre 2003. Peritos de la policía científica concluyen en su informe, tras analizar muestras de las prendas del fallecido Mohamed Zoubir, que en los zapatos hay sangre distinta a la del marroquí. "En caso de existir sospechoso, sería conveniente mandaran muestra indubitada del mismo al objeto de proceder a su fenotipado y posterior cotejo con los resultados obrantes en el presente informe", aconsejan. Había cuatro sospechosos adultos en prisión preventiva, pero ni la fiscal ni los investigadores policiales plantean que se practique una prueba que, de ser positiva, resultaría concluyente para incriminar a alguno de los sospechosos. El mismo laboratorio de la policía científica concluye que la moqueta extraída del coche de uno de los imputados no conserva restos de sangre humana.
- 5 de julio 2004. La fiscal Escudero pide 15 años de prisión por el asesinato consumado de Mohamed Zoubir y ocho años por cada uno de los delitos de tentativa de asesinato de Boubker Echarraka y Abdesadek Ben Sfia. Estipula la indemnización para los herederos del muerto en 150.000 euros, para Ben Sfia en 4.000 y para Echarraka en 3.000. Cita como testigos, entre otros, a los supervivientes del ataque y a los testigos de la estación, pero a un día del final de la vista sólo ha comparecido uno de ellos.
- 2 de noviembre 2004. Comienza la vista oral. Los acusados, algunos implicados en robos de motos y radios, así como en actos vandálicos, niegan su participación en la agresión. Teodoro declara que el "miedo" le empujó a cambiar sus declaraciones. Boubker Echarraka ha regresado a Marruecos. No comparece a pesar de estar citado por el fiscal. Sí acude Abdesdek Ben Sfia, quien no vio ningún rostro porque iban tapados. Ben Sfia, que sufre secuelas en las piernas por las heridas, apenas está informado sobre el proceso. Su conocimiento del español es mínimo y ningún abogado defiende sus intereses.
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