Aciertos y errores de los sondeos
Las encuestas que habían situado la ventaja de Bush en la recta final en dos o tres puntos por encima de su rival acertaron, aunque algunas de empresas más pequeñas que se concentraron en los Estados en disputa fueron menos exactas. A cambio, la noche electoral registró una catástrofe temporal debido a los sondeos a pie de urna que elaboró el Grupo Nacional Electoral.
Durante siete horas -entre dos de la tarde y nueve de la noche- las direcciones de los partidos, los políticos y los periodistas manejaron proyecciones de salidas de urnas que aseguraban una cómoda victoria para Kerry. "Estamos detectando un entusiasmo entre los demócratas que no tiene correspondencia entre los republicanos", decía uno de los mensajes enviados a primera hora de la tarde por un grupo de análisis de Washington.
Un nombre propio importante en este mundillo, el de John Zogby, jugó un papel destacado en la jornada. A las cinco de la tarde, anunció -y su predicción recorrió Internet a la velocidad del rayo- que Kerry iba a obtener al menos 311 votos en el Colegio Electoral. Lo que es peor, Zogby compareció personalmente a las siete de la tarde en el Centro Internacional de Prensa de Washington para explicar a los corresponsales extranjeros las razones por las que se iba a cumplir -en cuestión de minutos- la predicción de victoria de Kerry que él había formulado en mayo y para afirmar que sus estimaciones no tenían prácticamente margen de error.
Según señala ayer un análisis restringido, "las encuestas a pie de urna de estas elecciones serán estudiadas durante años, no sólo por los errores que incluían, sino por el efecto que podrían haber tenido en las elecciones. Las urnas estaba abiertas en todas partes cuando esas encuestas empezaron a circular, influyendo potencialmente los resultados, deprimiendo a los republicanos y dando una sacudida eléctrica a los demócratas".
