Camps apuesta por consolidar las competencias transferidas pero se niega a bajar el techo electoral

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, apostó ayer por introducir en la reforma del Estatut todas aquellas "cuestiones sobre el crecimiento competencial e institucional", lo que en la práctica supondría consolidar las nuevas transferencias realizadas en los últimos 20 años por parte del Estado y romper el corsé que limita actualmente la estructura orgánica de la Generalitat. Francisco Camps explicó ayer que el compromiso con Pla para no modificar el preámbulo y el título primero del Estatut garantiza que la reforma se realizará "dentro de los límites de la Constitución", lo que en la práctica supone reeditar el compromiso de que los valencianos permanecerán "dentro de la indisoluble unidad de la nación española, como expresión de su identidad histórica y en el ejercicio del derecho de autogobierno que la Constitución reconoce a toda nacionalidad, con la denominación de Comunidad Valenciana".

El dirigente popular afirmó que el límite del 5% representa bien a la Comunidad Valenciana

El dirigente popular también apostó por "la inclusión del mecanismo más amplio posible de capacidad de disolución de las Cortes" y el reconocimiento de la Comunidad Valenciana como "una gran región europea".

Sin embargo, Camps anunció una férrea oposición a la pretensión del PSPV de bajar el techo electoral del 5% al 3%. "No estoy de acuerdo con la rebaja del techo electoral", dijo Camps que defendió la necesidad de conjugar la máxima representatividad con [adecuados] niveles de gobernabilidad para el partido que haya ganado las elecciones autonómicas". El presidente del Consell recalcó que, a su entender, la rebaja en el techo electoral "no se puede decir que es un avance democrático, sino un modelo de representación". El dirigente popular defendió que "el límite del 5% representa excepcionalmente bien a la Comunidad Valenciana y a cualquier grupo que quiera estar representado en las Cortes". "Se piden 130.000 o 140.000 votos en toda la Comunidad Valenciana", sentenció.

La reunión de ayer, la primera de las convocadas por Camps, representa un cambio cualitativo en la posición de un Partido Popular reacio a abordar una reforma del Estatut condicionada por la negativa de la dirección nacional del PP a permitir la equiparación de la Comunidad Valenciana a las autonomías del artículo 151. Hasta ahora, el propio Francisco Camps había eludido abordar las negociaciones de la reforma del Estatut con el argumento de que no se trataba de hablar de mecanismos concretos, sino de la filosofía del modelo. Ayer, sin embargo, el acuerdo sobre la introducción en la reforma estutataria del mecanismo que permitirá convocar elecciones autonómicas cuando sea necesario sin necesidad de tutelas de la Administración central sirvió para desbloquear unas negociaciones que llevan años en punto muerto.

Camps, que ha sido secretario de Estado de Administraciones Públicas y conoce perfectamente cómo se frenó en Madrid el impulso autonomista de los valencianos en 1982, quiere ahora aprovechar la situación existente en la política estatal para sacar adelante una reforma que permita a los valencianos tener una autonomía de primera. Una situación que pretende dirigir en persona, con el aval de Rajoy, y que le ha obligado a movilizar al equipo de Presidencia para analizar la reforma en su globalidad y no sólo la manera de incluir el derecho civil valenciano en el nuevo Estatut.