CiU veta la presentación de enmiendas a las ponencias de su conferencia nacional

Unió y Convergència ya tendrán suficientes quebraderos de cabeza para elaborar las ponencias conjuntas de su conferencia nacional de finales de mes para, además, tener que debatir sobre su contenido con la militancia. La federación nacionalista ha decidido vetar la presentación de enmiendas a los dos documentos -organización interna y estrategia política- que se debatirán en este congreso.

Las direcciones de ambos partidos quieren evitar a toda costa salir mal paradas de la conferencia nacional [26 y 27 de noviembre en Tarragona] y pretenden asegurarse de que las dos ponencias sean aprobadas por una amplia mayoría de los componentes de los consejos nacionales de ambos partidos, alrededor de 900 militantes. "Si se produjera un debate de enmiendas a los documentos podría tensarse en extremo la discusión", manifestaron fuentes de la federación.

El proceso más embarazoso será la redacción de las ponencias, sobre todo la de organización, porque tanto Unió como Convergència parten de posiciones diametralmente opuestas. La otra ponencia, la política, evitará de antemano cualquier discrepancia, por lo que no será difícil armonizar argumentos. Asuntos como la Constitución Europea, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho a la adopción no tendrán cabida en los documentos a debate.Una vez redactadas las ponencias, las direcciones de CiU no creen que haya demasiadas complicaciones. Días antes de la conferencia se reunirán por separado los consejos nacionales de Unió y de Convergència. Es en este foro en el que se podrán debatir ambos documentos, pero fuentes de la federación no prevén grandes cambios en su contenido. "Si las ponencias respetan lo aprobado en cada congreso, lo normal es que los consejos nacionales no pongan ninguna objeción. O sea que los aprobarán", concidieron en comentar fuentes de las dos formaciones políticas.

De esta forma, la conferencia nacional podrá ir sobre ruedas porque los militantes ya habrán rubricado con anterioridad las ponencias. Se tratará, por tanto, de una simple ratificación. Además, el comité organizador de la conferencia ha dejado poco margen de maniobra a los militantes.

La conferencia durará dos días, pero en el primero no asistirán los consejeros nacionales, sino que el debate se ceñirá a las ejecutivas de ambos partidos. Los consejeros sólo estarán presentes en la segunda jornada con los documentos ya bendecidos por la cúpula nacionalista.

Fuentes de la federación defendieron este esquema de trabajo porque, aseguraron, el proceso más complicado será la redacción de las ponencias, no su ratificación posterior. "Los equipos de cada partido defenderemos las posiciones aprobadas en cada congreso, aunque en algo tendremos que ceder. En este sentido, la militancia nos tiene que dar un voto de confianza", apuntaron.

Sobre la falta de enmiendas a los textos, los mismos portavoces comentaron que la conferencia nacional no es "un proceso congresual" en el que los compromisarios presentan, durante las semanas previas al congreso, sus enmiendas a las ponencias que se discutirán.

Ayer, la reunión del equipo redactor de la ponencia organizativa fue más sosegada que la de la semana pasada. Los representantes de Unió y de Convergència se limitaron a intercambiarse sus propuestas, principalmente sobre la elaboración y aprobación de las listas electorales, el asunto más espinoso. La semana próxima cada equipo deberá presentar una propuesta de resolución. Será cuando empiecen las negociaciones propiamente dichas.

Mientras que Convergència quiere iniciar un proceso que desemboque en la fusión entre ambos partidos, los democristianos tan sólo pretenden fortalecer la coalición electoral y desplegar la federación por todo el territorio.