El primer experimento lejos de Chamartín

Un traspié en Kiev y una victoria del Leverkusen a puerta cerrada en Roma dejarían al Real Madrid al borde del abismo en su torneo predilecto, señal de que la cita ucrania resulta inquietante para el equipo de García Remón. En su nueva visita al Dinamo 32 años después de que fuera bautizado como el Gato de Odessa -tras una soberbia noche de la temporada 1972-1973 como guardián de la portería madridista frente al conjunto de Kiev-, el técnico tendrá que dilucidar si mantiene su agitadora fórmula de los últimos encuentros o abriga más al equipo. Su vertiginosa alineación ha permitido al equipo encadenar cuatro victorias consecutivas, pero descontada la irrelevante cita con el Leganés en la Copa, el experimento de García Remón siempre se ha producido al calor de Chamartín. Hoy debe exponerse ante un rival que estuvo a punto de hacerle trizas en el Bernabéu y que, como la mayoría de los equipos del Este, siempre tiene su mejor pico de forma a estas alturas del curso. Además, estará acunado por unos 80.000 incondicionales. "Nuestra filosofía será la misma, salir a ganar pero con orden, no a lo loco", deslizó el entrenador del Madrid, todavía contrariado por el errático partido de su equipo hace tres días frente al Getafe, en el que el equipo desprendió un mal tufo.

Además, el Dinamo recupera a Verpakovskis -sancionado para el duelo de Madrid-, el galgo letón que dejó una huella formidable en la Eurocopa de Portugal. Con Samuel lesionado, García Remón deberá elegir entre Pavón y Raúl Bravo para echar el lazo al diminuto futbolista del equipo de Josef Szabo. Frente al Getafe se inclinó por Bravo, más rápido que su compañero generacional y zurdo como Samuel.

A Szabo no le está resultando sencillo componer un puzzle con jugadores de once nacionalidades diferentes. La pasada semana, por ejemplo, un altercado entre el croata Sablic y el brasileño Kleber en un ensayo derivó en una trifulca que se prolongó hasta el aparcamiento. La gresca puede agrietar la convivencia, con eslavos y brasileños alineados en bandos opuestos. La mejor receta para apaciguar el vestuario puede ser una victoria frente al Madrid, por lo que supone de excitante derrotar a un equipo con tanta enjundia y porque dejaría al Dinamo a un paso de la clasificación. Lo contrario que al Madrid, que tras la pifia de Leverkusen no puede permitirse otro batacazo.

Dinamo: Shovkovsky; Ghioane, Sablic, Gavranic, Rodolfo, El Khaddouri; Diogo Rincón, Yusuf, Husyev; Verpakovskis y Kleber.

Real Madrid: Casillas, Salgado, Helguera, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Guti, Zidane; Figo, Owen, Raul; y Ronaldo.