Una estrategia militar bajo el 'síndrome de Perejil'
El nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz, decidió el pasado verano desclasificar la Estrategia Militar Española, el documento que un año antes firmó su antecesor y desde entonces permanecía secreto. Redactado después del 11-S, pero antes del 11-M, este texto va más lejos que la última directiva de Aznar al incluir el "fenómeno terrorista" entre los "riesgos principales para la seguridad". Sin embargo, se resiente del efecto de la crisis del islote Perejil, en julio de 2002, al aludir, inmediatamente después del terrorismo en importancia, a "las reivindicaciones territoriales y, en concreto, sobre Ceuta y Melilla, islas y peñones españoles del Norte de África". Hasta esa crisis, nadie se sentía obligado a citar expresamente las "islas y peñones" como factor esencial de la seguridad nacional.
Al enumerar los "procedimientos de la estrategia militar" española, el documento sitúa, en el último peldaño, "el empleo de la fuerza [...] para la resolución de una situación de conflicto en la que los procedimientos anteriores han fracasado".
Área de Capital Interés
¿En qué escenarios se plantea el empleo de la fuerza? En la llamada Área de Capital Interés, que incluye el territorio nacional y el ámbito regional; es decir, el territorio de la OTAN y el Norte de África.
"Es preciso resaltar", agrega, "que algunos espacios de soberanía [Ceuta, Melilla y los peñones] no están cubiertos por las alianzas que mantiene España [es decir, el paraguas de la OTAN] debiendo adquirir una especial importancia la posibilidad de la respuesta unilateral [...] Incluso aunque se actúe en el marco de la defensa colectiva, en muchos casos se dará la necesidad de una respuesta inicial de carácter unilateral", advierte.
El documento explica más adelante en qué condiciones podía darse ese respuesta unilateral: "Los procedimientos más comunes [con los países del Magreb] serán la diplomacia de la defensa, el apoyo a la paz y la colaboración con autoridades militares, pudiendo llegarse, en el caso de una potencial agresión a los espacios de soberanía nacional, al empleo de la fuerza".
Es el término "potencial", referido a una agresión que podría desencadenar una respuesta militar, lo que introduce dudas sobre el alcance de la doctrina de la "anticipación" que defiende el mismo texto.
Más allá de estas consideraciones, el documento contiene importantes aportaciones, como la conveniencia de potenciar el aprendizaje del árabe entre los militares, o de incrementar el esfuerzo de inteligencia en el África subsahariana, que "puede convertirse en una zona de apoyo al terrorismo internacional".
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