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Reportaje:MOTOCICLISMO | Gran Premio de la Comunidad Valenciana, última cita de los Campeonatos del Mundo

Brillante colofón en Cheste

120.000 aficionados abarrotan el circuito y vibran con las victorias de Barberá, Pedrosa y Rossi

Los Campeonatos del Mundo de Motociclismo tuvieron ayer en Valencia un magnífico colofón: 120.000 aficionados, el aforo del circuito de Cheste, abarrotaron una instalación que desde 1999 acoge una prueba del Mundial, la última por tercer año consecutivo. Todo salió a pedir de boca: ganó Héctor Barberá en el octavo de litro, Dani Pedrosa en 250cc y Valentino Rossi en MotoGP. El tirón de este último entre los aficionados españoles es incuestionable: sus victorias se celebran con el mismo frenesí que las de un español.

En el trazado valenciano, Rossi, que ayer consiguió su novena victoria de la temporada, la tercera consecutiva, dio carpetazo a un Mundial que llegó a su última cita con todo decidido: Andrea Dovizioso atrapó el título de 125cc en la antepenúltima carrera, mientras que Pedrosa y Rossi se proclamaron campeones del cuarto de litro y MotoGP repectivamente a falta de una prueba. Aun así, el circuito de Cheste ofreció el aspecto de las grandes citas. Más de 200.000 personas han visitado el recinto desde el jueves, cuando la gente comenzó a disfrutar del ajetreo que la víspera de una carrera se vive en el pit lane y el paddock. Sólo el circuito de Jerez, según los datos que maneja la organización, puede medirse al Gran Premio de la Comunidad Valenciana en número de espectadores.

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A las ocho de la mañana, tres horas antes de que comenzara la prueba de 125, las vías de acceso al circuito estaban colapsadas. Y una hora después de haber comenzado la primera carrera, seguían en el mismo estado. El cambio horario confundió a miles de aficionados, que se perdieron el triunfo en el octavo de litro del valenciano Barberá, quien cumple 18 años mañana. El motociclista formado en la escuela del circuito de Cheste, el chaval que llegó a la velocidad procedente de las carreras de trial, sumó su cuarta victoria del año, triunfo que le da el subcampeonato. A pocos kilómetros de su casa -nació en Dos Aguas, a unos 40 kilómetros del trazado valenciano-, Barberá cerró su etapa en la categoría: en 2005 dará el salto al cuarto de litro, como el actual campeón de 125, Dovizioso, de 18 años. Es muy posible que ambos coincidan en el mismo equipo, el que dirige el español Daniel Amatriain, que proveerá a ambos de una Honda. Otra de las grandes promesas del motociclismo español, el mallorquín Jorge Lorenzo, que ha terminado cuarto tras caerse ayer, también ha anunciado su pase a la categoría superior. Así que las mayores bazas españolas en el octavo de litro en 2005 serán Álvaro Bautista, nacido en Talavera de la Reina (Toledo) hace 18 años, y Pablo Nieto, madrileño de 24.

La mañana, que arrancó con la victoria de Barberá, reservaba algún que otro regalo más para el espectador. El campeón de 250, el catalán Dani Pedrosa, 19 años, ausente el año pasado en Valencia por el aparatoso accidente -se fracturó los dos tobillos- que sufrió en los entrenamientos de la penúltima prueba, disputada en Australia, cuando ya había conseguido el título de 125, se quitó la espina y subió a lo más alto del podio por séptima vez este curso.

"Tenía muchas ganas de vencer en Valencia; la gente me mostró el año pasado todo su cariño en un momento muy difícil para mí", aseguró Pedrosa, quien hoy tiene previsto realizar en Valencia un test con una motoGP. "Debo estar preparado para cuando dé el salto de categoría", explicó el piloto, que continuará un año más en 250.

En Cheste, Pedrosa sólo tuvo un rival: el argentino Sebastián Porto, su principal rival en el camino hacia su segundo título mundial consecutivo. Porto, sin embargo, se cayó en la decimotercera vuelta, cuando el español ya había abierto un hueco considerable. Los problemas mecánicos sufridos por Pedrosa en las últimas vueltas no fueron un obstáculo para el talentoso piloto catalán.

Sólo Sete Gibernau falló en un día festivo para el motociclismo español. El barcelonés, cuarto ayer, no tuvo nada que decir en medio del aplastante dominio de Rossi, que se ha encontrado en Valencia en su salsa: salió de juerga el viernes por la noche; departió el sábado con Michael Jordan, invitado por la organización, y puso el broche a un nuevo campeonato con su enésimo triunfo. Tampoco Carlos Checa, que deja Yamaha para correr el próximo año con Ducati, estuvo brillante: terminó 14º.

Rossi igualó ayer con su Yamaha el número de victorias que consiguió en 2003 con Honda, con la que sumó tres campeonatos en la máxima cilindrada. El aficionado sueña ahora con que antes de ponerse a los mandos de un fórmula 1, si llegara a hacerlo, de afrontar cualquier otro reto o de hastiarse, se mida a Pedrosa en la categoría reina. Pero esto no será hasta 2006.

Héctor Barberá, con dos retrovisores en su casco, celebra su triunfo.
Héctor Barberá, con dos retrovisores en su casco, celebra su triunfo.CARLES FRANCESC

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