La letra pequeña

Sambeat dio las gracias al público por atender a "la letra pequeña del jazz", poniéndose como ejemplo de los músicos que concurren a los festivales sin ser cabecera de cartel. Lo dicho por el valenciano (siendo él mismo uno de los puntales del género en este país) pudo haberlo suscrito Klaus Paier, el excelente acordeonista que abrió la Muestra de Jazz Austriaco. Sambeat, especie de chico para todo a quien hemos escuchado en este mismo festival tocando flamenco y cubano, dirigió un sexteto de muy altos vuelos tocando jazz mezclado con boleros, con bulerías y mezclado con nada, el jazz atemporal que recoge su herencia del bebop y del que los cinco músicos y su líder son consumados especialistas. Hasta tocaron una pieza inspirada en una "raza de saltadores de lunas confundidos por el sol": ¿Quién dijo que el jazz no es capaz de expresar lo que sea? Que se lo digan a Paier. En su concierto, el espasmódico acordeonista-bandoneonista tocó a Ellington y a Mingus, a Piazzolla (Libertango) y a Dave Brubeck, su Blue rondo a la turk en arreglo originalísimo que devolvió a la pieza a sus orígenes folclóricos.