El PNV pide que nadie ceda a la "extorsión mafiosa" de ETA

La dirección del PNV lanzó ayer su más dura condena del chantaje económico de ETA a empresarios y profesionales y pidió públicamente que nadie acceda a pagar esa "extorsión mafiosa", como la calificó el líder peneuvista, Josu Jon Imaz. Éste reveló que los terroristas han enviado una nueva remesa de cartas en las que amenazan a quienes se nieguen a pagarles. "ETA debe saber que tiene al PNV enfrente", advirtió Imaz de manera rotunda.

Con una contundencia casi desconocida y con cierta solemnidad, Imaz, acompañado por la secretaria de la ejecutiva del PNV, Josune Ariztondo, leyó en la sede de ese partido una declaración en la que advirtió a ETA de que va a enfrentarse a sus campañas de amedrentamiento. "Hacemos un llamamiento a todas las personas extorsionadas a no caer en el chantaje", tanto por lo que supone de financiación de la actividad terrorista de ETA como por el hecho de que pagar "convierte en irreversible la propia extorsión", argumentó el líder peneuvista.

El PNV no ha querido pasar por alto la nueva campaña de extorsión ni las tres bombas que en menos de 10 días han sido colocadas por los terroristas en otras tantas agencias inmobiliarias en San Sebastián y Bilbao. Ayer trasladó a todos los chantajeados con el denominado impuesto revolucionario su solidaridad y "el respaldo y el apoyo de la inmensa mayoría de la sociedad vasca". "Detrás de cada una de estas cartas extorsionadoras existe un drama", señaló Imaz, quien reforzó el compromiso del PNV con los empresarios vascos. La ejecutiva de ese partido considera que ETA persigue con sus campañas de extorsión, además de financiarse, "desestabilizar este importante sector social directamente vinculado al progreso y al desarrollo de la sociedad vasca".

El PNV no había lanzado un mensaje tan directo y contundente desde 1980. Ese año, la dirección del PNV de Vizcaya condenó el chantaje etarra y recordó que en ese partido existía la consigna de no pagar a ETA. Ni siquiera con la ofensiva terrorista del verano de 2000, en la que entre otros fue asesinado el empresario José María Korta, muy próximo al PNV, la cúpula peneuvista descartó hablar con ETA "si lo solicita", en expresión del entonces líder de ese partido, Xabier Arzalluz.

El mensaje de cercanía a los amenazados ha sido lanzado poco después de las críticas contra cuatro cocineros vascos de proyección internacional, a dos de los cuales un presunto activista etarra acusa de haber cedido al chantaje de la banda. Imaz quiso separar ambas cosas y tras su comparecencia comentó a los periodistas que no había que ligar ambos asuntos.

La ejecutiva del PNV realizó dos peticiones más: a ETA le exigió que "cese" su actividad de "extorsión, chantaje, amenaza y ataque a la dignidad y las libertades básicas de las personas", y que "desaparezca definitivamente". También se dirigió de manera contundente a aquellos "políticos que callan", para que "alcen su voz frente a la extorsión mafiosa".

La declaración del PNV fue muy bien recibida por la patronal vasca. Confebask agradeció en un comunicado "muy sinceramente la declaración de apoyo" peneuvista y pidió a los afectados por la nueva campaña de extorsión que "sigan mayoritariamente resistiendo la coacción".