La antología de Picasso expuesta en el museo de Málaga reúne obras poco conocidas del pintor

La cuarta exposición temporal organizada por el Museo Picasso Málaga, Picasso. Antología (1895-1971) que ayer inauguró el presidente de la Junta, Manuel Chaves, contiene 132 piezas entre pinturas, dibujos, esculturas y cerámicas reunidas con la pretensión de mostrar algunos referentes que fueron constante en las diversas etapas creativas por las que atravesó el pintor. La mayoría de las piezas proceden de colecciones particulares y familiares y muestran un Picasso poco conocido por el público, buena parte de las cuales se exhiben por primera vez.

Según el director del Museo Picasso Málaga, Bernardo Laniado, la muestra permite apreciar el "variado y complejo lenguaje pictórico" del pintor malagueño, pero también determinados aspectos que se fraguaron en sus inicios y que acabaron por ser una constante en toda su obra.

La exposición está organizada por ello en grupos de obras que, realizadas en épocas muy distanciadas en tiempo y corriente, comparten elementos formales. "Picasso mantuvo un diálogo permanente con su propia obra y hay particulares formas y gestos que se fraguaban en su trabajo juvenil y pasaron a conformar parte de sus investigaciones estilísticas", explica Laniado.

Pero también diálogo con obras de los demás. Precisamente la muestra se inicia con un conjunto de retratos que Picasso hizo de personas de su entorno a principios a finales del siglo XIX y primeros años del XX, de la misma forma que Ramón Casas realizó en la misma época retratos de la intellenista catalana. A esta época pertenecen el autorretrato de 1896 que es la obra que abre la muestra, o el de su padre en acuarela, y el de su hermana Lola en carboncillo y lápiz de color. Estas tres obras han sido cedidas por el Museu Picasso de Barcelona, junto a otros tres óleos. También hay cuatro lienzos cedidos por el Museo Picasso de París.

De esta primera época, de 1899, data también el óleo Pareja en un patio andaluz donde se aprecia en la temática costumbrista y en las formas la clara influencia de su padre, José Ruiz Blasco, de quien la fundación de la casa natal del pintor inauguró el lunes una exposición.

En la exposición inaugurada ayer abundan los dibujos y los retratos, y hay una amplio elenco de la última etapa del pintor -hasta dos años antes de su muerte, en 1973-, especialmente de los óleos de la serie conocida como Los Mosqueteros.

El presidente de la Junta inauguró ayer también el Centro de Estudios y Difusión de la obra de Picasso, que cuenta con aula pedagógica con taller, biblioteca y un moderno auditorio con 172 plazas en los edificios adquiridos en el barrio de la Judería.