De la poesía sublime
Hay una manera de entender la poesía que tiene mucho que ver con la identificación idealista de la obra de arte como creación de lo sublime, de un mundo ideal más allá de lo conocido, de la vida diaria, un mundo de belleza y no sé si de bondad. Esa identificación poética se interpreta desde el platonismo, tuvo su auge en los diversos simbolismos -en España se llamó Modernismo- y continúa vigente aún día en una poesía esteticista.
"Una realidad otra se halla latente en lo cotidiano", éstas son las primeras palabras que, en cita de Angel Crespo, dan comienzo al libro La imagen poétic"a de Jordi Royo. Dividido en tres secciones (y una introducción) de las que la segunda, Palabra poética, y tercera, Imagen poética, mantienen las hipótesis fundamentales del texto. Desde luego, la raíz idealista lleva a recabar para la poesía una dignidad que se basa en la imagen poética, puesto que el lenguaje puede ser un obstáculo para llegar a lo primigenio, a lo que fue antes de la palabra. Y la imagen poética, que es antes de la palabra, llega en ayuda del poeta para que formule su mundo.
La imagen poética
La imagen poética
Jordi Royo
Bassarai. Vitoria-Gasteiz. 2004. 150 páginas. 12 euros.
Así no es extraño que los autores de referencia en el libro sean Heidegger o Bachelard. Y se continúe por una serie de autores que insertan la interpretación idealista de la belleza de la poesía en la creación de una intuición separada del mundo cotidiano, para llegar a un mundo otro.
Me parece que la perspectiva está ya definida en el mundo académico, y, aunque la reflexión que estas páginas acogen resulte sugerente, me parece que es posible que otras maneras de entender la poesía (más realistas, más cercanas al realismo sucio) pueden entrar en debate con los postulados aquí definidos.
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