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Tribuna:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Brasil de fórmula 1
Tribuna
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El peligro de bajar la potencia

Por enésima vez, y no parece que la dinámica vaya a modificarse, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) anuncia nuevos cambios en los coches de la fórmula 1 para limitar la velocidad y los costes. En esta ocasión, ha centrado sus esfuerzos en tres aspectos: la aerodinámica, los neumáticos y el motor. Fundamentalmente se pretende que los bólidos corran menos, especialmente en las curvas, donde existe un claro riesgo de accidentes. Y, marginalmente, se modificará también el sistema de clasificación dando validez a las dos cronometradas, cuyo promedio establecerá la parrilla de salida.

Las nuevas normas, que deben aplicarse ya en 2005, establecen que se adelante el alerón trasero en 15 centímetros, se suba el delantero unos 5 centímetros y se reduzca la altura del difusor por debajo de las ruedas delanteras. Con todo ello los técnicos de la FIA aseguran que se reducirá en un 25% la carga aerodinámica. Sin embargo, los ingenieros de las escuderías creen que el impacto acabará siendo sólo del 15%. La carga aerodinámica en un fórmula 1, o sea, la presión que ejerce el aire sobre la carrocería, es de dos toneladas. El segundo aspecto en el que se influirá serán los neumáticos. La FIA quiere que se utilice un solo juego para la clasificación y la carrera. Por tanto, se suprime la posibilidad de cambiar neumáticos en los pit-stop durante las carreras. Ahí sí que van a marcarse diferencias, puesto que los fabricantes se verán obligados a producir gomas más duras y, como consecuencia, más lentas y menos adherentes.

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En cuanto al motor, la federación internacional impondrá que los motores duren dos grandes premios. Ello supondrá una reducción importante en los costos y también una mayor rigidez, con la consecuente pérdida de caballos que eso supone. Los coches actuales, que deben durar un gran premio, alcanzan fácilmente las 19.000 revoluciones por minuto (rpm) y su potencia supera los 900 cv. La medida, sin embargo, es sólo transitoria, puesto que para 2006 ya se está anunciando que los motores de la fórmula 1 deberán ser de 2,4 litros -frente a los 3 litros actuales- y de ocho cilindros en V -contra los 10 actuales-. Curiosamente, la FIA plantea también la posibilidad de que para 2006 los equipos pequeños puedan adecuar sus motores de 2005 reduciendo las rpm de 19.000 a 17.000, con lo que sufrirían una pérdida de unos 200 cv y se igualarían con los 2,4 litros V8. Los equipos se resisten al planteamiento del cambio de motor para 2006 porque eso supone una inversión muy importante en investigación: hay que crear un motor nuevo. En cambio, aceptarían sin problemas la reducción de rpm de forma generalizada, lo que produciría un efecto similar en la pérdida de velocidad.

Sin embargo, en todos estos proyectos de cambio subyace una contradicción que puede resultar muy peligrosa para el futuro de la fórmula 1. Si la potencia de los bólidos acaba reduciéndose a 700 cv, podría producirse la controvertida situación de que algunas fórmulas de promoción, como la GP2 y la Superfun, estuvieran rodando sólo medio segundo más lentos que los fórmula 1. En realidad, los GP2, que utilizan coches Dallara con motores Supertec que ofrecen una potencia de 650 cv, ya estuvieron rodando con mejores tiempos que Minardi en Silverstone en unas recientes pruebas que se realizaron en el circuito inglés. Una escudería de GP2 tiene un presupuesto de 1,5 millones de euros por coche y mueve a un equipo de unas 30 personas, mientras que en la fórmula 1 los presupuestos alcanzan los 400 millones y los equipos tienen más de 400 empleados. Eso sí supondría un agravio comparativo insoportable.

Joan Villadelprat es ex director de las escuderías Benetton y Prost y jefe de mecánicos de Ferrari.

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