El deteriorado entorno del Museo Picasso de Málaga, sin rehabilitar al año de su inauguración

Un año después de la inauguración del Museo Picasso Málaga todo sigue igual a su alrededor. Ni uno solo de los proyectos urbanísticos para adecuar el deteriorado entorno se ha ejecutado, ni se ha completado la ansiada idea del museo-ciudad que consistía en conectar la pinacoteca con el conjunto Alcazaba-Teatro Romano en un parque arqueológico, que se presentó como emblema de la nueva imagen turística y cultural de la ciudad. Sin embargo, las expectativas de dinamización de la actividad socio-económica del centro se han cumplido en buena medida. Actualmente se promueven siete hoteles.

Actualmente se promueven en el centro histórico siete nuevos hoteles que suman una inversión de casi 50 millones de euros, y la zona ha ganado vitalidad. Pero los proyectos públicos siguen paralizados, pese a que el alcalde, Francisco de la Torre, anunció en la inauguración del museo, el 27 de octubre de 2003, que se iniciarían al día siguiente.

El concejal de Urbanismo, Juan Ramón Casero, explica que han surgido inconvenientes que incluso ponen en cuestión la idoneidad de algunos de los proyectos como la pasarela que iba a conectar la trasera del museo con el Teatro Romano sobre la calle Alcazabilla. Nuevos informes arqueológicos, según Casero, recomiendan no ejecutarla hasta conocer la dimensión de los hallazgos de las nuevas excavaciones. Bajo los cimientos del museo se hallaron restos de las murallas fenicia y romana, expuestos al público, que permiten aventurar la existencia de nuevos yacimientos en el subsuelo. Además, la pasarela impediría el itinerario de dos cofradías que tienen en Alcazabilla su casa hermandad.

La dirección del museo también ha cambiado de idea y ahora prefiere una zona libre y ajardinada en la trasera. Incluso ha pedido al consistorio que restrinja por razones de seguridad el tránsito por Postigo de San Agustín, arquetipo de la Judería que, en principio, formaría parte de un singular pasaje por la única traza que queda del barrio medieval circundando el museo, que ocupa 18 casas de la Judería.

Casero también explica que las obras previstas entre calle Granada y el museo no se han podido iniciar porque por las características de la zona todas deben ejecutarse al mismo tiempo, y la Gerencia de Urbanismo solo es promotora de dos de las cuatro actuaciones: la rehabilitación de la torre mudéjar en la que se ubicará una oficina de información turística, y la apertura del callejón de las Nieves a una plazoleta con una fuente central. Ambas están adjudicadas, pero según el concejal por razones operativas deberían encomendarse a la misma constructora las otras dos actuaciones contempladas: la construcción de 16 viviendas sociales para realojar a los antiguos inquilinos de la Judería, que promueve el Instituto Municipal de la Vivienda, y la restauración del mesón Juan Palomo, de iniciativa privada. "Es preferible esperar unos meses más y hacerlo todo a la vez para que las obras duren año y medio o dos años, que ir una a una y que se prolonguen cinco o seis años", dice Casero.

El único proyecto realizado del Plan de la Judería es la plazoleta Ibn Gabirol, en la trasera del museo, terminada el día antes de la inauguración de éste.