Bryan & Bryan, una pesadilla
Los gemelos estadounidenses afrontan la final de la Copa Davis contra España, en Sevilla, invictos en la competición
Los hermanos estadounidenses Bob y Mike Bryan ya son semifinalistas del Masters Series de Madrid, pero ésta no es su cita. Se han convertido en uno de los mejores dobles del tenis y es fácil verles en las finales e incluso levantando los trofeos. Quieren ganar en la pista del Rockódromo madrileño. De eso no hay duda. Pero este año su meta ineludible es otra. A principios de diciembre próximo formarán parte del equipo de Estados Unidos que se enfrentará al de España en la final de la Copa Davis, que se disputará en Sevilla. Y allí saben que no pueden fallar.
"España tiene un equipo muy peligroso en tierra batida", confiesan los gemelos, de 26 años, a los que cuesta identificar. "Andy Roddick es un gran jugador, pero en tierra España cuenta con dos tenistas como Carlos Moyà y Juan Carlos Ferrero de gran nivel. Así que será importante que ganemos el punto del doble para darnos una oportunidad", advierten.
"Esperamos que encharquen la cancha para hacerla más lenta", ironizan con humor
Bryan y Bryan suponen, en efecto, un verdadero quebradero de cabeza para los tres capitanes del equipo español y para la pareja que compondrán Tommy Robredo y Rafael Nadal -éste se ha tenido que retirar de la competición madrileña en esa modalidad debido a un problema muscular en un hombro que prefiere que no vaya a más-: llegarán a la capital andaluza habiendo ganado los cuatro partidos que han disputado en la Copa Davis desde que debutaron en ella el año pasado.
Para ellos, no hay duda de que España hizo bien eligiendo Sevilla y alejándose de la altura. "Nadie quiere restar a Roddick en altura porque su bola corre mucho más. Si hubiéramos jugado en Estados Unidos, habríamos metido a los españoles en una pista de hierba", dicen los Bryan. "No sólo eso, lo que esperamos es que encharquen la cancha para hacerla más lenta, que la conviertan en un barrizal y que las pelotas se llenen de agua con tal de alargar los puntos", añaden con ironía. Y explican que la final es un gran reto no sólo para ellos, sino también para todo su conjunto.
Estados Unidos no ha llegado al duelo decisivo en los últimos siete años y no gana la Ensaladera desde 1995. España, en cambio, disputará su tercera final en cinco y ganó su primer título en 2000. "Ahora formamos un equipo muy unido y eso ayuda", comenta Bob; "muchas veces nos encontramos en casa de Andy o de Mardy y nos divertimos juntos. Tenemos una meta común y Roddick quiere prepararse específicamente entrenándose en tierra batida. Es el líder y no quiere perder ni jugando a las cartas".
La leyenda de los Bryan comenzó a esbozarse casi en la cuna. Cuando tenían dos años, sus padres comenzaron a entrenarles. Wayne, el padre, abogado, músico y monitor de tenis, y Kathy, la madre, que disputó cuatro veces el torneo de Wimbledon y llegó a unos cuartos de final en dobles mixtos, fueron sus mentores. "Estábamos todo el día en el club", relata Mike; "y a los seis años ya jugábamos habitualmente en dobles". Así iniciaron un camino que les llevó a ganar más de 100 títulos en su etapa junior, entre ellos el del Open de su país. Y después entraron en el circuito y conquistaron su primer torneo en 2001, convirtiéndose en los únicos hermanos que han ganado cinco títulos en un mismo año -los Gullikson se quedaron en tres en 1978 y 1982- y que han llegado al liderato de la clasificación mundial.
En Sevilla serán unos rivales temibles. Saben cómo jugar en tierra batida y lo demostraron el año pasado conquistando el título de Roland Garros. "Hay que hacer algunos cambios para adaptarse a la tierra: ser más pacientes, pegar la bola de forma distinta, buscar más los ángulos... Es muy distinto", cuentan. Lo que no cambiará será su mentalidad ganadora, la potencia de sus saques -suelen servir a más de 200 kilómetros por hora- ni la eficacia de su juego en la red. Ahí es donde radica su verdadero peligro.
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