Plaga contra los delanteros

Una extraña plaga ha dejado al Villarreal sin delanteros para medirse hoy en Roma al Lazio. Los motivos son de todo tipo. Guayre y Xisco están lesionados, Forlán no puede jugar la Copa de la UEFA al haber disputado la previa de la Liga de Campeones con el Manchester, José Mari es dudoso por una gastroenteritis y Anderson se marchó el sábado a Qatar en una operación relámpago. El técnico, Manuel Pellegrini, ha convocado a Cases, del filial.

La huida de Anderson fue una sorpresa mayúscula. "Soy muy feliz aquí, no me iría por nada del mundo", le dijo al presidente, "pero...". El Al Rayyan le ofrecía 2,5 millones de euros por dos temporadas y Anderson, de 34 años, suplicó irse. Curiosamente, y tras 13 cursos en Europa, necesitaba dinero con urgencia. "Desde 2001 intento divorciarme. Mi mujer me lo ha quitado todo y debo buscar dinero por otros sitios. Es un momento muy complicado de mi vida y Qatar es la solución a mis problemas", explicó. Así que el brasileño hizo las maletas tras un largo periplo europeo: 196 goles entre Servette, Marsella, Mónaco, Barcelona, Lyón y Villarreal, con una Supercopa, cinco Ligas, tres Copas y cuatro pichichis en la mochila.

Anderson ya dejó el Lyón en 2003 por el mismo motivo. Su esposa, una rica licenciada en Derecho, hija de un abogado brasileño famoso por su defensa de empresas internacionales, le obligó a firmar un contrato de matrimonio bajo la empresa paterna y luego ha estirado su separación todo lo posible.

El divorcio ha afectado de rebote al Villarreal, que ha dado de baja la ficha de Calleja, lesionado de gravedad, para fichar a otro delantero antes del mercado de invierno. "Queremos un refuerzo lo antes posible. Anderson era muy especial. Su marcha nos ha marcado", asegura Pellegrini. El chileno puede cambiar hoy ante el Lazio su inseparable esquema 4-4-2 por un 4-2-3-1. No hay más delanteros para jugar de otra forma.