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Reportaje:FÚTBOL | Dos estrellas con problemas

La zancadilla de la depresión

Deisler, centrocampista del Bayern, recae de sus problemas psíquicos al ser criticado por su entrenador, Magath

Sebastian Deisler, de 24 años, centrocampista del Bayern Múnich y 22 veces internacional alemán, parece haber sufrido una recaída en su depresión. El lunes por la tarde abandonó la concentración del equipo, que ayer jugó en Turín contra la Juventus. Hace once meses ya estuvo en una clínica por una grave crisis depresiva. Reapareció en febrero y empezó el curso tan bien como para ser titular en los dos últimos partidos de la selección, contra Brasil e Irán.

Desde hace años, Deisler es una de las grandes promesas del fútbol germano con vistas al Mundial de 2006. No obstante, su carrera ha sido un auténtico calvario. Antes de caer en la depresión, durante su estancia en el Borussia Mönchengladbach y en el Hertha de Berlín sufrió nada menos que 15 lesiones de rodilla y tuvo que operarse dos veces de los ligamentos cruzados y del menisco.

Ello no impidió, sin embargo, que el Bayern lo contratara para la temporada 2002-03. Aunque con menor frecuencia, las dolencias se repitieron, pero lo peor llegó con su depresión. Así, su balance no puede ser más pobre. En el club muniqués sólo ha jugado 25 partidos de la Liga. Es cierto que recuperó el puesto en la selección, pero el rendimiento de Deisler volvió a decaer. El pasado sábado, Felix Magath lo sustituyó en el descanso del partido que el Bayern perdió (0-1) contra el Schalke.

Ahora han comenzado de nuevo las declaraciones exculpatorias y los intentos de explicación. El director deportivo del Bayern, Uli Hoeness dice que Deisler le telefoneó para decirle que se iba de Turín. Magath le había criticado aquella misma mañana: "Se encuentra en un momento de baja forma y fuera de su línea. No tiene autoconfianza ni seguridad en sí mismo". A su vez, el psiquiatra que lo trata, Florian Holsboer, sólo habla de "un ligero empeoramiento" y ve normal su reacción dados sus antecedentes. Según él, es posible que "alguna vez salgan a relucir de nuevo los síntomas, cuando Deisler no esté contento con su rendimiento y se tenga que sentar en la tribuna".

Magath también se lamenta por no haber evitado a Deisler esta situación de presión: "Habría estado bien darle tiempo para que se estabilizara". El técnico se había opuesto a la vuelta de Deisler a la selección porque esto le aumentó la tensión al sentirse mucho más observado. En su criterio, la situación del futbolista es ahora peor que al inicio de la temporada, cuando estaba convencido de poder conseguir el éxito: "Ahora esa euforia desapareció y se siente inseguro".

Deisler, tenso.
Deisler, tenso.REUTERS

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