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La policía francesa halla más armamento a medida que vacía los 'zulos' de ETA

Los investigadores buscan más dinero de la banda tras encontrar 56.000 euros y 50.000 dólares

La policía francesa se volcó ayer en el rastreo de la casa bearnesa donde vivían los dos presuntos máximos dirigentes de la organización terrorista ETA, Mikel Albizu Iriarte, Antza, y Soledad Iparragirre, Anboto, tras finalizar el vaciado de tres zulos de armas y municiones, que ha permitido encontrar lo que las autoridades francesas consideran el más grande de los arsenales aprehendidos a ETA en toda su historia. En esos tres zulos se han encontrado, durante el fin de semana pasado, importantes cantidades de armas de fuego, un lanzagranadas anticarro y muchísima munición, todo lo cual cierra la operación policial abierta el 3 de octubre para desmantelar lo que se ha dado en llamar el cuartel general de ETA.

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Los investigadores ponen a punto el balance del arsenal encontrado. Aunque la suma de los datos parciales de cada investigación no coincide plenamente con las listas en poder de la fiscalía, puede afirmarse que en los zulos del País Vasco francés ha sido hallado, por lo menos, lo siguiente:

- 208 subfusiles ametralladores.

- 84 fusiles de asalto.

- 166 armas cortas.

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- 521 cargadores.

- 175 kilos de dinamita.

- Más de 10.000 detonadores.

- 10.000 metros de cordón para detonadores.

- Más de una tonelada (1.015 kilos exactamente) de clorato de sosa, 60 de azufre y 40 de polvo de aluminio, productos químicos necesarios para la fabricación de bombas.

- 277 granadas (de mortero y de fusil).

- Un lanzagranadas anticarro.

- 30 morteros de fabricación casera.

- 48 cohetes para granadas de carga hueca (capaces de perforar blindajes).

- Dos misiles tierra-aire.

- En torno a 100.000 cartuchos de munición.

Los últimos hallazgos han exigido la participación de geólogos civiles para escudriñar mejor el terreno. En la casa de Urrugne, donde estaba el zulo más próximo a la frontera de Hendaya, el camionero Pedro María Alcantarilla guardaba mucho más de lo que al principio se creía.

Este fin de semana se encontraron los 30 morteros artesanales, los 48 cohetes para granadas que perforan blindajes, una veintena de fusiles de asalto, 29 subfusiles de tipo Uzi, imanes para fijar bombas-lapa y abundante munición. Lo encontrado en este segundo peinado se añade a lo descubierto en el subterráneo construido debajo del garaje, cuyo acceso estaba oculto en el baño, ya encontrado en el primer día de la operación.

El otro gran escondite de armamento, situado en Saint-Pierre d'Irube, arrojó el domingo una cosecha compuesta por 25 kilos de dinamita Titadyne, el lanzagranadas anticarro (que figura en el balance general) y abundante cantidad de fusiles, cargadores y municiones. También estaban ahí las guías para utilizar parte del armamento y sellos administrativos españoles y franceses, falsificados.

En la primera oleada de registros ya se habían encontrado en esta vivienda gran parte de los materiales químicos para la fabricación de bombas, así como uno de los lanzamisiles tierra-aire. La persona que vivía en esa casa, Mikel Negrete, un empleado de Acerías del Atlántico, es uno de los 11 procesados como consecuencia de la Operación Santuario. En fin, el inventario detallado del zulo de Briscous (donde no constan nuevos hallazgos, sino la contabilización que aún no se había hecho) arroja 106 subfusiles, 22 fusiles Cetme, 28 armas cortas, 351 cargadores y mucha munición.

Las fuentes consultadas insistieron en que no se han descubierto nuevos zulos durante el fin de semana, sino que se han completado los rastreos de los terrenos circundantes y, sobre todo, se ha inventariado y clasificado la parte de las cajas y escondites que permanecían bajo custodia. Medio centenar de policías de la División Antiterrorista y de la policía judicial de Bayona y Burdeos han controlado los últimos trabajos, bajo la supervisión de la juez Laurence Le Vert.

Los dispositivos policiales en torno a los zulos fueron levantados ayer. Los escondites de explosivos, armas de fuego y municiones han sido vaciados exhaustivamente desde que se desencadenó el asalto al cuartel general de ETA el 3 de octubre, lo que los franceses han denominado Operación Santuario.

Por el contrario, sigue abierta la investigación de posibles escondites de dinero y de ahí la insistencia en peinar la casa donde vivían Antza y Anboto, a la espera de ver si se halla el escondite del tesoro. La policía intenta dar ahora con el tesoro de la organización, porque el dinero ya incautado -50.000 euros en efectivo y unos 50.000 dólares- es poco para una estructura que se supone maneja unos 100.000 euros mensuales.

Le Vert ha ordenado que continúen los registros en la vivienda ocupada por Mikel Albizu, Antza, y Soledad Iparagirre, Anboto, donde ya fue encontrado un cuaderno con anotaciones sobre la distribución de dinero a las estructuras de ETA y en la que sospecha que pudiera encontrarse el secreto del tesoro de la organización terrorista.

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