De la Mutua
El motivo de la carta es presentar mi indignación y total desacuerdo hacia el modo de proceder de la Mutua Madrileña Automovilista con respecto a una de las pólizas a todo riesgo que tengo contratadas con dicha entidad.
Tengo dos pólizas contratadas y una antigüedad de más de 30 años en cada una. Para el próximo ejercicio, y en una de las pólizas, me han cobrado la cuota del año anterior incrementada en un 55 %, y eso es debido a que en el último ejercicio he dado tres partes. Da igual que uno de ellos haya sido por un choque en cadena que me pilló en el medio, y otro porque unos amigos de lo ajeno me apalancaron la puerta para llevarse la radio y otras cosas.
Uno de los siniestros ocasionó una vista judicial. Pese a que les hice llegar una copia de la citación a los servicios jurídicos de la Mutua, no se presentaron el día de la vista. También ha dado igual la antigüedad, las normas son las normas.
Ahora llega mi hora de reclamar y, a tenor de lo dispuesto en la Ley de Contrato de Seguro, "el asegurador se obliga, mediante el cobro de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado o a satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas".
Esto es en referencia a la huelga de grúas del pasado verano. Debido a que la Mutua no ha prestado el servicio de asistencia en carretera contratado en mi póliza de seguro, ha incurrido en un enriquecimiento injusto dado que me ha cobrado anticipadamente la prima por un riesgo cuya cobertura no han podido cumplir. Es el derecho al pataleo que me queda como consumidor y el único modo que tengo de resarcirme de la indignación que me produce haber sido tratado como un mutualista más, sin que nadie se haya detenido unos minutos a analizar la antigüedad de la póliza, mi historia como cliente de la Mutua.
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