Día de gloria para Pedrosa y Rossi
El español se convierte en el campeón más joven de 250cc y el italiano logra para Yamaha un título que no ganaba desde 1992
A los campeones de verdad se les distingue no sólo por sus títulos, sino también por las condiciones que se imponen para ganarlos. Es el caso de Dani Pedrosa y de Valentino Rossi, que se coronaron en Phillip Island como los mejores pilotos del mundo en la primera oportunidad que se les presentó, en la penúltima prueba del campeonato, a falta de la traca final en Valencia.
Había un temor reverencial a la actuación de Pedrosa, más que nada porque se suponía que le tenía vértigo al circuito australiano. El año pasado se rompió los dos tobillos en los entrenamientos y el sábado protagonizó una nueva caída sobrecogedora. Llegada la carrera, le pudo la prudencia, sabedor de que le bastaban dos puntos para alcanzar el título, y para nada le importó no subirse al podio y firmar un cuarto puesto que, con 19 años, le confirma como el campeón más joven de la historia en 250cc.
Da gusto ver a Pedrosa en las condiciones que sean porque conduce fácil, de manera elegante, con una trazada tan limpia como impecable, acorde con su cuerpo liviano, propio de un ángel. Por el momento, no tiene rival en la pista. Un año después de lograr el campeonato de 125cc, ayer consiguió el de 250cc, de manera que no se sabe cuál será su reto para la próxima temporada. Las condiciones las pone Pedrosa.
Igualmente ocurre con Rossi, que en sólo una temporada ha dado a Yamaha un título que la firma no ganaba desde 1992. Para el italiano no hay nada imposible y el mal trato de Honda le ayudó a superarse. Harto de que le discutieran que el piloto es aún más importante que la máquina, cambió de montura y alcanzó la gloria por cuarta vez en la máxima cilindrada.
La moto de Rossi ha podido con las distintas hondas que para su suerte se le han ido cruzando sin ninguna estrategia de equipo. De entre el desconcierto, Sete Gibernau cogió la bandera de los rivales de Rossi y el italiano le ha maltratado por tal atrevimiento. Aunque derrotado, el español ha sido el único que ha entrado en el cuerpo a cuerpo mientras los demás miraban para otro lado.
A la espera de que Pedrosa gane algún kilo, Rossi sólo quiere a rivales que le rían las gracias.
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