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Reportaje:FÚTBOL | Séptima jornada de Liga

La última víctima

Aragoneses, que llegó en diciembre, condenado a la grada en un Atlético que ha devorado a otros cinco porteros en poco más de dos años

Sergio Aragoneses se mueve despacio. A cámara lenta. Habla poco. Casi nada. Y responde a los estímulos con movimientos cansinos. Eso piensan, al menos, algunos de los técnicos del Atlético. Creen que el portero gallego "carece de actitud". Por eso ha desaparecido de las convocatorias del equipo en favor del canterano Iván Cuéllar. De titular el curso pasado a ser superado en el actual por un joven de 20 años. Es el último guardameta rojiblanco víctima de la maldición que también ha barrido del Calderón a sus cinco predecesores: Toni, Esteban, Mono Burgos, Juanma y su tocayo Sergio Sánchez. Todo, en poco más de dos años. Todos, con problemas en los despachos o en la grada, con el entrenador o incluso con sus compañeros del vestuario.

Algunos técnicos del club creen que el sustituto de Sergio Sánchez "carece de actitud"
Ferrando ha optado por Cuéllar, "con mucho futuro", como segundo de Leo Franco

Abel Resino, ex cancerbero internacional y ahora ayudante de César Ferrando, niega, sin embargo, que Aragoneses vaya a abandonar el club en el mercado de invierno: "No está trabajando mal y no me consta que se vaya a marchar", advierte. Pero otras voces del club ya han puesto fecha de caducidad al último de una saga de arqueros que comenzó hace algo más de dos años con el infortunado Toni y concluyó el pasado verano con Juanma y Burgos. Todos generaron tensión por una u otra causa. Todos se marcharon por la puerta trasera.

Aragoneses llegó el pasado diciembre desde el Getafe. Pertenecía al Atlético, club con el que aún le restan dos años de contrato. A cambio, Sergio Sánchez se marchaba al club del sur de Madrid. Ese sencillo enroque de piezas supuso un pequeño terremoto. Primero, porque Sánchez fue usado como moneda de cambio, según algunas fuentes, por "intereses de intermediarios". Además, había denunciado a la entidad por el impago de su sueldo. "Pasaban de mí. Sobre todo, el entrenador [Gregorio Manzano]. Daba igual que hiciera lo que hiciera... ", comentó en su momento a este periódico. Segundo, porque el canterano Juanma, al que Manzano había "prometido" públicamente la titularidad, quedaba relegado al banquillo y, además, veía congelado el contrato profesional que los dirigentes le habían asegurado que firmaría. Juanma rumió su amargura, se quejó en público y le enseñaron la salida. Mientras tanto, Germán Burgos, carismática imagen de las campañas publicitarias del Atlético, jugó un partido en Sevilla y fue goleado. Él estuvo fatal. Intentó defenderse argumentando que había jugado lesionado. El club, con Manzano, lo negó. No obstante, el argentino insistió en su excusa hasta que tuvo que dar marcha atrás en una comparecencia de prensa teledirigida. Pero ya era tarde para él. Ya estaba sentenciado. Ese caso, según el entorno del club, "cambió las relaciones en el vestuario". Y al Mono, el mismo que había renovado mientras le extirpaban un tumor maligno de uno de sus riñones por deseo expreso del posteriormente fallecido Jesús Gil, también le enseñaron la flecha roja de la calle. De hecho, todavía reside en Madrid y está sin equipo.

De toda aquella marejada sólo quedaba Aragoneses. Pero su peculiar carácter y algunos detalles apreciados por los técnicos en los encuentros de la pretemporada le han puesto con medio pie fuera del Calderón. Si finalmente no se marcha cedido, su puesto parece estar en el cemento de la grada. Ferrando ha apostado por Cuéllar. "Un chaval fantástico y con mucho futuro", en opinión del valenciano.

Cuéllar ya ha confesado que pretende ser "el Casillas del Atlético". Y, según el ojo de Abel, tiene condiciones para ello: "Es un buen portero técnicamente, sabe ir bien por arriba y también es bueno en el uno contra uno". Pero su futuro, según el guardameta del decenio de los 90, "depende exclusivamente de él porque ahora se encuentra en la edad crítica". El salto que debe dar Cuéllar no tiene que ver con los abdominales ni con los reflejos, sino con "la personalidad". El jugador también cuenta con el beneplácito de Miguel Bastón, el entrenador de los porteros, más partidario de los sobrios que de los aficionados a las "posturitas".

Aragoneses tampoco estará hoy en el banquillo ante el Racing. Aunque hay que considerar que no se ha preparado esta semana por su reciente paternidad. En el mejor de los casos, su destino es el de ser el tercero de a bordo, tras Leo Franco y Cuéllar. Y ya tiene 27 años.

Aragoneses se dispone a sacar de puerta en un partido de la temporada pasada.
Aragoneses se dispone a sacar de puerta en un partido de la temporada pasada.MIGUEL GENER

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